De todas las parafilias la más peligrosa podría ser la hibristofilia, la cual consiste en sentir atracción por mantener relaciones sexuales con personas peligrosas, como asesinos seriales, secuestradores, violadores y otro tipo de criminales menores como ladrones y estafadores.
Existe un nivel menor de esta parafilia, en la que las personas que sufren hibristofilia no se sienten atraídas por delincuentes, sino por personas que presentan conductas poco éticas y morales, como los mentirosos, los infieles o las personas agresivas.
En el caso de la hibristofilia que hace a quien la padece a buscar relaciones sexuales con criminales peligrosos, la hibristofilia lleva a la persona a sentir admiración y a hacer lo posible por ponerse en contacto con esta persona; el caso más conocido de este tipo de hibristofilia fue la que presentaron algunas mujeres cuando aprehendieron al feminicida y asesino en serie Ted Bundy, quien recibió numerosas visitas de mujeres que lo admiraban y un sinfín de cartas de amor mientras estaba preso; otros casos similares son el de Charles Manson, Jeffrey Dahmer y Richard Ramírez.
Los psicólogos aseguran que la hibristofilia es un extremo del fanatismo y debe tratarse con atención psiquiátrica.