Dicen por ahí “el alcohol y el sexo no son buena pareja”. Por otro lado escuchamos “el alcohol es un poderoso estimulante”. Podemos tomar cualquiera de las dos opiniones, dependiendo del aguante de cada quien. Lo que sí está científicamente comprobado es que a los hombres debilita la eficacia y les disminuye el goce. Pero bueno, equis… voy a hablarles de variadas situaciones de cómo perder-aflojar y achacarle toda la culpa al alcohol.
Si bien, el alcohol ablanda la carne, destapa los miedos y libera emociones. Al decir “aflojar” no me refiero precisamente a ceder a acostarte con alguien. Me referiré al aflojamiento de cualquier otra parte del cuerpo, veamos:
Aflojamiento rítmico
Algunas personas aflojan los pies, aflojan el cuerpo y ¡moles!... bailan, sí, BAILAN. Cuando en su sano juicio no lo harían ni de broma. Esos que blasfeman en contra del reggaetón son los mismos a los que encuentras perreando y exigiendo al Dj que repita por cuarta vez “Dame más gasolina” o algo así ¿WTF?
Aflojamiento del jolgorio
Mejor conocido como el “mal del payaso”. Son aquellos individuos que aflojan la risa, la alegría y emanan miel. Aman a todos, conocidos o no, estrechan amistad con la mesa de junto y estrujan a sus acompañantes dando exagerados abrazos (muchas veces incómodos).
Aflojamiento del ósculo
El típico amigo (a) que se tomó 3 cubitas y al rato se anda besuqueando con cualquiera. Creo que no hay nada más que explicar. De esta rama de aflojamiento desemboca el tan conocido Aflojamiento de calzón.
Aflojamiento del chiquito
No se saquen de onda, me refiero exactamente a los sujetos que se vuelven bebés, luchan con los esfínteres, agarran la botella como mamila, combaten consigo mismos para poder caminar en dos pies (sin ayuda), hablar claramente se vuelve su mayor reto, después se duermen en el coche y los tienes que sacar cargados y cobijaditos para que no les de el aire… pffff.
Aflojamiento de moco
Sí, el amigo triste que cortó con su “peor es nada”, está afligido, ardido y nadie lo quiere en la vida. Llora irritablemente y sufre toda la noche despotricando en contra del sexo opuesto y afloja lagrimas, muchas lagrimas.
Aflojamiento del amor propio
Este aflojamiento es el más común en los briagos nocturnos, llamando por teléfono a altas horas de la noche o lo peor: llevando “radio gallo” o serenata al ser amado para pedirle que regrese.
En fin, tras la ingesta del alcohol se aflojan muchísimas cosas, sobre todo el sistema nervioso y estructuras adyacentes. El alcohol consumido en grandes cantidades se apodera de tu moral y de tu sano juicio. Toma tus precauciones.
Recuerden que “Las palabras de borracho no son más que pensamientos de sobrio”.
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Katsura, Dayana y Tita Felina