La rosca de Reyes es una tradición que cada 6 de enero se celebra por la llegada de los Reyes Magos a Jerusalén, para entregar regalos al Niño Dios, un rito que México ha transformado para fomentar la convivencia.
La rosca de Reyes nace en Roma, un platillo que luego cundió por España, de donde fue traída por los misioneros a la Nueva España.
Su significado es la eucaristía (la comunión), explica el cronista de la ciudad y empresario panadero, Luis Razo Martínez.
El niño simboliza el momento en que el Rey Herodes manda a matar a todos los niños de
Jerusalén y esconden al niño Jesús para salvarlo, por eso la figura del niño va escondido dentro del migajón.
Quien lo encuentra en su pedazo de rosca se dice que es bendecido, y tradicionalmente debe de proporcionar tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
“El Día de la Candelaria es una mezcla de tradiciones, porque la rosca de Reyes, de acuerdo al rito católico, es cuando los Reyes Magos visitaron al Niño Dios, la Candelaria es cuando María cumple la cuarentena”, expresó Razo.
Arraigo en México
En México hay una mezcla de tradiciones sobre todo en el Sureste con los indígenas, y quienes sacan la figura de plástico se hacen compadres por ser padrinos del Niño Jesús, lo visten y proporcionan tamales el 2 de febrero.
Esta tradición mexicana tiene como uno de sus objetivos propiciar la convivencia entre familiares, amigos y compañeros de trabajo, donde se suele acompañar con chocolate caliente o atole para beber.
La rosca está elaborada a base de una masa de harina, leche, huevo, mantequilla, levadura, ralladura de limón, naranja, higos, frutos secos, ate y galleta.
Cada rosca tiene un proceso de una hora de preparación.
La rosca, explicó Razo Martínez, se adorna con fruta seca, camote, calabaza, cereza.
La cantidad de figuras de niños depende de los que solicite el comprador.
Una rosca tiene un costo aproximado de 100 pesos hasta 300 pesos, dependiendo de la panadería o mercado al que se acuda.
“Hay una demanda muy grande de roscas, la tradición ha ido aumentando cada año, toda la gente aparta roscas porque es una tradición muy mexicana y muy importante para convivir que debemos fomentar”, explicó Razo.
Empresarios de panaderías comentaron que en años pasados llegan a vender en cada una aproximadamente 600 roscas, por lo que esperan que este año suba la venta a causa del clima lluvioso que propicia el antojo de un pan con chocolate.
La rosca tradicionalmente llevaba acitrón, un ingrediente que se dejo de utilizar por estar en peligro de extinción.
El 2 de febrero concluyen los festejos navideños que inician desde el 16 de diciembre con las posadas.