1. La tipografía de las señaléticas
Suele ser de trazos abiertos y limpios, considerando que tiene que ser leída a largas distancias y de manera rápida. Es por eso que la más típica y aceptada es la Helvética, desarrollada por Max Miedinger y cuyo aspecto principal es la legibilidad. Sea como sea, y a pesar de que varía en diferentes partes del mundo, lo que sí se mantiene es el estilo uniforme, sans serif.
2. La tela de los blue-jeans
El blue jean es un pantalón hecho con un tejido de algodón bastante resistente llamado mezclilla o denim. Y aunque su estilo ha variado muchísimos con los años (pitillos, “pata elefante”, estilo boyfriend, entre miles) la tela se ha mantenido con bastante uniformidad, pues combina calidad y resistencia con un precio razonable. Su uso comenzó en 1873 y, aunque suene increíble, se mantiene hasta hoy.
3. La copa de vino
Las copas aparecen en el II milenio A.C. y aunque se confeccionaban con distintos materiales (desde cristal a cerámica, bronce, latón e incluso plata, pero también barro, arcilla o madera) tenían la misma finalidad que en la actualidad: mantener la temperatura ambiente y amplificar los aromas del vino (que encierra entre 400 y 500 sustancias volátiles y aromáticas que, sin la ayuda de una copa, se perderían en el aire).
4. Las tijeras
Esta herramienta ya se usaba en la edad de bronce, en forma de “C” y con un muelle. La forma se mantuvo hasta el S.XIV, cuando se inventaron las tijeras tal como las conocemos hoy, con un pasador entre ambos brazos o cuchillas. Claro que recién en el S.XVII se generalizó su uso y empezó a emplearse el acero en su construcción. A finales del siglo pasado, la mecanización simplificó los estilos de su construcción y las tijeras pasaron a ser muy similares a las de hoy.
5. Los clips
El clásico clip no ha sido destronado de la oficina, aún cuando muchos diseños más novedosos lo intentaron: remolinos, alas, triángulos e incluso pretzels. Todos ellos fueron patentados, excepto el que hemos estado usando durante 100 años: el diseño rectangular estándar, de procedencia discutible, tan útil para el trabajo de oficina, de escuela o de universidad.
6. El clásico frasco de soya
Kenji Ekuan marcó de forma importante el diseño japonés, con una de sus piezas más conocidas; la botella dispensadora para la salsa de soya Kikkoman. La silueta ondulada y los discretos caracteres producen un efecto elegante y moderno, y además, es realmente práctica: su forma permite dosificar pequeñas cantidades o incluso gotas y de forma limpia, sin gotear. De hecho, el diseño fue galardonado en el año 2003 con el Lucky Strike Designer Award.
7. El lápiz labial
Últimamente han salido al mercado versiones más modernas, que se aplican con un pincel o que tienen una textura mucho más líquida, pero lo cierto es que el clásico lápiz labial sigue vigente y no será destronado. Ese que durante la Segunda Guerra Mundial se masificó gracias a su uso en la industria del cine y que posteriormente tomó fuerza, como símbolo de sexualidad y femineidad.
8. El plástico de burbujas para embalaje
A finales de 1950, Alfred Fielding y Marc Chavannes tuvieron una idea brillante: papel para la pared tridimensional. Lo cierto es que a la gente no le pareció una buena idea por lo que debieron cambiar su objetivo original. Es por eso que en 1964 patentaron este tipo de amortiguación material, compuesta por un plástico de burbujas que, además de mantener las cosas frágiles a salvo, es la forma más barata de hacer terapia anti estrés.
9. Los cubiertos
Pueden variar en precio, forma, decoración y estilo, pero lo cierto es que los cubiertos son un producto que se ha mantenido en uso, respetando su diseño original, desde la Edad Media. En esa época, los instrumentos ayudaban a los comensales tanto en la forma de servirse como en la ingestión de los alimentos. El formato es tremendamente útil en lo que respecta a la comida en sí misma, puesto que están especialmente pensados para pinchar, cortar, y sostener.
10. Las latas de comida en conserva
Las latas de comida en conserva no son populares solo por el labor del artista Andy Warhol, sino también porque son tremendamente útiles y prácticas. La primera salió a la luz en 1810 y hasta el día de hoy, aunque prefiramos la comida casera, es bueno saber que podemos consumir alimentos en conserva que en parte, conservan su calidad y valores nutricionales.