jueves, 17 de abril de 2014

Albatros


Hay una escena de la película de animación Bernardo y Bianca en Cangurolandia que describe a los protagonistas, dos ratones, que descubren que deben viajar hasta Australia desde Nueva York. Para ello contratan los servicios de un piloto experimentado: un albatros llamado Wilbur.
Wilbur deja que los ratones se monten sobre la lata de sardinas que tiene anudada a la espalda y que hace las veces de cabina, y entonces se ajusta el casco de aviador, toma carrerilla desde el ático de un rascacielos y se lanza en picado hacia la ciudad, cruzando la nieve, entre los alaridos de terror de los protagonistas.


La verdad es que la idea de tomar un albatros para viajar a Australia no podría ser más acertada. Mediante satélites se ha descubierto, por ejemplo, que algunos albatros dan la vuelta al mundo en menos de dos meses y que pueden planear durante 6 días sin batir las alas.



-Esto es posible porque las enormes alas del albatros errante (3,35 metros de envergadura) necesitan muy poca energía muscular para mantenerse extendidas debido al “bloqueo de hombro”, un tendón especial que las mantiene en su sitio.



-A diferencia de las aves rapaces, el albatros no usa las corrientes térmicas para planear sino el empuje del viento generado por las olas del mar. Por esa razón, la parte más enérgica del vuelo del albatros es el despegue: es la única ocasión en la que necesita batir las alas con fuerza, como se ve en la escena que se ha mencionado de Bernardo y Bianca en Cangurolandia. Una vez en el aire, el joven albatros errante ya no aterriza de nuevo hasta que está listo para criar: algo que puede suceder 10 años más tarde. Si, 10 años en el aire. Como George Clooney en Up in the air.

¿Cómo es esto posible? ¿Cuándo duermen? ¿Cuándo comen si no hay azafatas de vuelo? Los albatros duermen mientras vuelan, pues sus dos mitades del cerebro lo hacen por turnos. Y a la hora de comer, se alimentan de peces, calamares y krill, ya sea zambulléndose en el mar o cazándolos en la superficie.
Por eso no es extraño que un albatros recorra 1.500 kilómetros sólo para traerle un bocado a su cría. Para estos viajes tan largos, descomponen la comida en un aceite concentrado rico en proteínas que almacenan en el estómago. Como si fueran Gerbers (papilla industrial para bebe) sin fecha de caducidad para la cría.



-Y es que los albatros tienen un sentido de la familia muy acusado, y no sólo por los esfuerzos a la hora de cuidar a las crías. Los albatros protagonizan historias de amor que podrían colarse perfectamente en una de las subtramas de Love Actually o Historias de San Valentín.
A la hora de cortejar, por ejemplo, lo hacen mediante unos elaborados bailes en los que chocan los picos. Bailes que pueden tardar hasta 10 años en aprender mientras observan ejecutarlos a sus mayores. Cuando al fin consiguen una pareja, la conservan para siempre y desarrollan un lenguaje corporal único que emplean para saludarse después de pasar mucho tiempo separados.


-La esperanza de vida de un albatros puede llegar hasta los 60 años. Pero crían a un ritmo tan lento que existe un gran riesgo de que la especie se extinga en el próximo siglo. Su principal amenaza es la pesca con palangre (como se muestra en la imagen de la izquierda): cada año mueren más de 100.000 albatros atrapados en los cebos empleados para cazar atunes. Albatros que no volverán a saludar a sus esposas. Aviones biológicos capaces de dar la vuelta al mundo que ya no volverán a surcar el cielo.

Explicación de la cuaresma

Semana Santa atea

La Semana Santa es la festividad religiosa que más rechazo me produce. Tanto que ni siquiera me siento a gusto escribiendo sobre ella. La vida es demasiado corta como para gastar tiempo y esfuerzo en criticar algo. Pero hoy he leído un texto sobre el auge del ateísmo en España y me he animado.
Hace unos años, Arcadi Espada pronunció una conferencia sobre la influencia de la religión en la sociedad; en un momento dado, se quejó amargamente de que no hubiera periodistas ateos. Mejor dicho, sí existen periodistas ateos, pero no se atreven a afirmarlo públicamente. Una situación real y lamentable.
Da la impresión de que todavía no está bien visto presentarse como ateo. Hay quien quiere confinar el ateísmo al ámbito privado (igual que la homosexualidad: “está muy bien que sea gay, pero que no lo pregone”). Parece que a los ateos se nos permite la existencia pero poco más. Cualquier palabra, gesto o manifestación pública es vista como una ofensa a los sentimientos religiosos de los creyentes. ¡Con qué facilidad se ofenden algunos!
Daniel Gascón ha escrito un texto sobre las ofensas para su blog en la revista Letras Libres. Allí se puede leer:
La ley tiene que garantizar que la gente pueda practicar su religión libremente, pero no debe proteger los sentimientos, ni permitir que estos sean un freno a la discusión. El blindaje de los “sentimientos religiosos” es en sí religioso: postula que son sentimientos de otro carácter.
Mientras los ateos nos quedamos en nuestro armario, los creyentes pasean por las calles a sus anchas. Las invaden, mejor dicho. Muchos defienden las procesiones como una tradición cultural pero es más que eso. Cada primavera, la España Oficial deja bien claro que sigue siendo católica, apostólica y romana, que poco o nada ha cambiado en los últimos años y que los ateos no somos españoles de bien. De ahí que prohíban la mal llamada “procesión atea”.
Por cierto, la organización que pidió al gobierno el veto a esta manifestación lleva por nombre Máslibres y dice ser defensora de la libertad religiosa. George Orwell tendría un par de cosas que decir sobre este asunto. La Delegación del Gobierno en Madrid ha preferido escuchar a los fanáticos y ha dejado que los librepensadores piensen libremente… en su casa. Este organismo sostiene que la marcha tiene una “evidente voluntad de provocación” y, claro, eso no se puede consentir.
Provocar es “irritar o estimular a alguien con palabras u obras para que se enoje”. En el caso de que la marcha atea tuviera esta finalidad ¿cuál es el problema? ¿Acaso es un delito? En realidad, todas las manifestaciones tienen una “evidente voluntad de provocación”. Los huelguistas de la pasada semana buscaban molestar al Gobierno; cualquier manifestación tiene como objetivo irritar a los que deciden, para que prefieran cambiar sus políticas a aguantar a los manifestantes. No es tan diferente del niño que llora como un loco hasta que su madre le compra un dulce. Alguien debería hablar con Moncloa para que Rajoy prohibiera el llanto sin motivo.
El problema de basar las decisiones políticas en los sentimientos de los ciudadanos (de ciertos ciudadanos) cada uno es que cada uno se irrita y se enoja con lo que quiere. Yo, por ejemplo, me irrito cuando veo a María Dolores de Cospedal sujetar un madero. No llego al extremo de la socialista Yolanda Picazo, que quiere “crucificarla, enterrarla en el cementerio nuclear y evitar a toda costa resucitarla”; pero sí me gustaría que los políticos separaran religión y Estado.
Dice la Constitucion que “ninguna confesión tendrá carácter estatal” y que “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española”. Pero sabemos que aquí la Carta Magna se respeta sólo cuando conviene, y en este asunto parece que no. Los ministros juran ante una Biblia y un crucifijo, los alcaldes se resisten a quitar este símbolo de los ayuntamientos y sólo se tienen en cuenta las creencias de los católicos. Ya no sorprende pero todavía irrita.
Tampoco me sorprende que los informativos dediquen minutos y minutos a las procesiones, a los dolores de espalda de los costaleros, a las lágrimas que vierten cada año porque la lluvia les ha aguado la fiesta. Pero me irrita. Yo pido muy poco a la prensa: sólo quiero que se ciña a la realidad. Me irrita que el 6 de enero hablen de los regalos que traen unos señores imaginarios y me irrita que estos días hablen de Jesucristo como si de verdad hubiera resucitado.
No me importa que ABC o La Razón pongan en portada a unos legionarios sosteniendo la figura de un treintañero muerto; al fin y al cabo son empresas privadas. Pero sí me importa, y mucho, que la TV pública dé pábulo a las palabras de un talibán llamado Juan Antonio Reig Pla. Este señor es obispo de Alcalá de Henares y ayer La 2 retransmitió la misa que oficiaba. En ella dijo:
Quisiera decir un palabra a aquellas personas que hoy, llevados por tantas ideologías, acaban por no orientar bien lo que es la sexualidad human, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las parejas del mismo sexo. Y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen. O van a clubes de hombres. Os aseguro que encuentran en infierno.
Una vez más, la Iglesia utiliza la amenaza del sufrimiento para modificar la conducta de las personas. Reig Pla también dedicó unas palabras al aborto:
Una jovencita, o una mujer, que está embarazada y que lleva una preocupación enorme por las razones que sean. Es seducida y es tentada. Y cuando va a abortar a una clínica sale destruida. Porque ha destruido una vida inocente y se ha destruido así misma. Mujeres que han ido a abortar llevan el sufrimiento en su corazón y muchas de ellas no pueden dormir porque el pecado lleva siempre la destrucción de la persona.
Por cierto, según el obispo “el principal enemigo de la iglesia católica es la ignorancia”. Se equivoca. En realidad, es su principal aliado.




Facebook rompe hogares


Un nuevo informe de la Academia Americana de Abogados Matrimonialistas viene a señalar a las infidelidades a través de las redes sociales como la principal causa de divorcio en Estados Unidos. 

Entre todas las redes, Facebook se lleva la palma, y es citada entre las causas de divorcio en uno de cada cinco casos. 

El 66% de los abogados matrimonialistas del estudio señalaron que las evidencias encontradas en Facebook fueron parte las causas alegadas para solicitar el divorcio, el 15% mencionaron a MySpace, y sólo un 5% a Twitter. 

Los datos referentes a Inglaterra presentan los mismos niveles de infidelidad en Facebook con un 20% de los casos señalando a la famosa red social. 

Las actividades que más problemas han creado a los infieles son mantener conversaciones de carácter sexual vía chat, o realizar comentarios reveladores a través en los perfiles de desconocidos a la vista de toda la red de contactos. 

Los datos que facilita del anuario CyberPsycology and Behaviour Journal calculan que Facebook ha provocado 28 millones de separaciones en el último año en todo el mundo. 

Y es que el 95% de los 600 millones de usuarios de Facebook han buscado a sus ex parejas o novios de la juventud. 

En mi opinión… muchos factores entran en juego, la pérdida del amor, la falta de comunicación… aunado al mal uso de las redes sociales, dan como resultado una separación. 

¿Y tú que piensas? ¿Tiene facebook la culpa?