El espasmo mioclónico es una de
las grandes curiosidades del ser humano y suele pasarnos muy a menudo justo
antes de dormir. En ese momento en el que casi cogemos el sueño sufrimos un
pequeño espasmo, nuestra pierna se estira e incluso movemos todo nuestro cuerpo
durante un momento. ¿Queréis saber más?
Vamos a definir lo que sería un
espasmo mioclónico. Es un movimiento involuntario (como tantos que tenemos) que
se produce justo antes de quedarnos dormidos, lo que se conoce como fase de
sueño ligero. El cuerpo se relaja y la frecuencia cardiaca se reduce. Llega un
momento que el cerebro no sabe si nos estamos durmiendo o muriendo
(¡verídico!), por lo que emite un impulso nervioso conocido como espasmo
mioclónico hacia nuestras extremidades (generalmente las piernas) para comprobar
si hay respuesta. Con el movimiento del cuerpo el cerebro ya sabe que está todo
en orden y “permite” dormirnos. ¿Curioso verdad?
Físicamente el movimiento que se
produce es parecido a cuando nos asustan, sólo que este último es más brusco e
involucra a casi todas las partes del cuerpo, y también está relacionado con el
espasmo que sufrimos cuando soñamos con que nos caemos de una gran altura y
justo cuando llegamos al suelo nos despertamos. Por cierto, eso merecerá una
entrada futura en la vida cotidiana ¿no?
Espasmo mioclónico
El espasmo mioclónico también
está relacionado con el sueño de caernos desde gran altura.
El Instituto Nacional de
Trastornos Neurológicos ha analizado que el espasmo mioclónico del sueño se
produce con más frecuencia en personas con trastornos del sueño, como ansiedad,
estrés, estar bajo los efectos de la cafeína, dormir después de realizar
actividades extenuantes, etc.
¿Hablamos de estadísticas? Pues
cerca del 70 % de la población lo sufre, y en realidad no es perjudicial ni produce
un efecto adverso sobre nosotros. Si se da el caso de repeticiones continuas de
este tipo de espasmos si es conveniente consultar un médico especialista.