La leyenda de la bañera con hielo

Un joven tímido y retraído decide pasar una noche con sus amigos, que tras mucho insistir, consiguen que los acompañe a una discoteca. El joven se llamaba Ariel y apenas ingresó al local, se maravilló por el ambiente y la algarabía que se vivía en el lugar. Se quedo en un rincón mientras sus amigos se divertían pero vio como una hermosa muchacha lo observaba sin disimulo.
Esto se extendió por media hora, tras la cual y beber un par de tragos para envalentonarse, decidió ir a charlar con ella. Inmediatamente entablaron conversación y tras un par de besos, la chica lo invitó a ir a su departamento. Sin ninguna duda, Ariel se dirigió con la joven hacia su domicilio, donde le ofreció un trago mientras ella se fue al baño.
Al cabo de unos minutos comenzó a sentirse mareado y se desvaneció para despertarse a la mañana siguiente. En medio de una nebulosa pudo reconocer que estaba en una bañera llena de hielo y unas extrañas cicatrices en su espalda. A un costado había un papel que decía: “Llama urgente a emergencias sino quieres morir en pocas horas ya que te hemos extirpado los riñones”… Se trataba de una banda de traficantes de órganos que utilizaba a una bella joven para lograr su macabro cometido.

Isabel Macedo levanta la temperatura en las redes sociales

La actriz entretiene a sus seguidores en Twitter e Instagram con autofotos súper sexy y otras muy divertidas

Isabel Macedo, una de las protagonistas de la serie Guapas

Isabel Macedo es una de las Guapas que más pasión genera en las redes sociales. No solo por su belleza sino porque su personaje es quizás la más escandalosa de las cinco. Si no, miren la cantidad de seguidores que Laura Luna, la guapa que ella encarna, tiene en Twitter: 85.300, más que todos los otros usuarios ficticios de la tira.

Desde sus cuentas oficiales de Twitter e Instagram, la actriz suele subir fotos de backstage de las grabaciones, pero también inunda las redes sociales de selfies, todo tipo de selfies: primerísimos planos de sus partes más sensuales -boca, piernas-, imágenes de rélax en su casa, en su cama, y las más comunes, frente al espejo

No tiene hogar pero nunca duerme solo gracias a su atractivo físico

Joe (sin apellido) no tiene hogar, pero el hombre de 26 años siempre tiene dónde dormir gracias a su atractivo físico. El sitio de Internet, Elite Daily, entrevistó al joven para conocer más sobre su inusual estilo de vida. Las mujeres a quienes Joe conquista lo invitan a pasar la noche en su casa. Él asegura que, después de eso, todo depende de sus habilidades en la cama. “Si soy [bueno], me invitan a pasar algunos días con ellas”, dice. Cuando no logra enamorar a una mujer, Joe duerme en la banqueta, sobre un pedazo de cartón.

Cada día, este hombre gana 150 dólares. Ese dinero lo invierte directamente en mejorar su físico. Joe revela que tiene la responsabilidad de no parecer un hombre sin hogar. “En su mente, su apariencia es una técnica de supervivencia”, relata el sitio que lo entrevistó. Además, él añade: “La razón por la que la gente me da dinero es porque me veo así, porque se dan cuenta de que ellos también podrían estar en mi situación”.

El hombre perdió su casa cuando su madre encontró drogas en su habitación y lo echó. Joe no sufre por su falta de hogar. “Puede que duerma en el piso dos o tres veces por semana, pero todos los días me despierto y hago lo que yo quiera”, asegura.

El consejo que da a la juventud de su país es: “Nunca sean como yo […] porque este estilo de vida no es para todos y porque si ven la vida de las personas sin hogar en Nueva York se darán cuenta de que soy el único que está viviendo bien”.

 

Señales manuales estandarizadas

Siempre lo viste en las películas y/o juegos de video, y ahora sabrás lo que significan esas señas raras que hacían los equipos de operaciones bélicas.

 

 

Edgar el títere humano

Edgar el títere Humano. En el año 1871 en un pueblo ubicado en reino unido un titiritero fundo un circo, contrato batracios para el espectáculo que darían en la noche del mismo día, mas tarde al comienzo de la función habían venido tantas personas que el espacio del circo les quedaba pequeño, algunos hasta les tocaba ver el espectáculo desde afuera aunque no vieran casi nada de la función. La función comenzó con deformidades en los brazos (tumores) pero esta persona los hacia parecer músculos, a toda la gente le fascinaba el espectáculo pero en especial les gusto mas el ultimo espectáculo de ese día. La ultima función consistía en un simple títere, si un títere, El títere se llamaba Edgar, El titiritero hacia creer a las personas que era un simple títere de madera pero no lo era,El títere Edgar tenia el aspecto de un niño. Pasaron los días desde que ese circo había abierto, hasta que la gente observaba que el títere hablaba por si solo, el titiritero no movía ni un solo labio, Los británicos creían que era brujería pero creo que creían eso por la ignorancia de ese tiempo. A si que decidieron que los niños no lo vieran. Mantener la mirada a los ojos de Edgar era imposible, era muy dificil mirarlo fijamente ya que te entraba escalofríos apenas observas sus ojos, Ya no venían tanta gente al circo ya que habían ganado mala fama por usar brujería pero no la usaban, Hacian algo mucho peor que la brujería, era algo despiadado. Cuando el circo ya no ganaba visitas los batracios comenzaron a largarse. Todos los miembros del circo se habían ido excepto el fundador del circo, el titiritero. Unos días después de la caída del circo habían encontrado al titiritero quebrado el cuello y con una gran mordida en su brazo derecho, alado del cadáver estaba un maletín de madera muy fuerte. cuando finalmente abrieron el maletín encontraron al títere Edgar. Las autoridades inútiles de ese tiempo comenzaron a investigar a Edgar y DESCUBRIERON que no era un títere era un niño de carne y hueso, le había arrancado las piernas y las había remplazado por prótesis de madera e igual hizo con todas sus demás extremidades. Con el rostro del niño, puso una mascara de madera pero le puso clavos para que no le pudieran sacar la mascara.

                                                          Cortesía de David Osorio