La gran mayoría ignora una de las verdades más aterradoras que existen sobre la felicidad: el 95% del tiempo, ella te abandona porque tú así lo quieres. Sí, la felicidad es una cuestión de casi pura perspectiva.
Cualquier parecido con la base de la filosofía budista, no es mera coincidencia.
15. Renuncia a tu necesidad de tener siempre la razón
Cada vez que sientas la necesidad “urgente” de iniciar una pelea sobre quién tiene razón y quién está equivocado, pregúntate a ti mismo: “¿Prefiero estar en lo cierto o ser gentil?” ¿Qué diferencia hará? ¿Tu ego es realmente tan grande? Excepto en casos extremos, ¿por qué deberías gastar tiempo esforzándote para demostrar que tienes razón?
14. Renuncia a tu necesidad de control
Debes estar dispuesto a renunciar a la necesidad de estar siempre en control de todo lo que sucede a ti y a tu alrededor- las situaciones, eventos, personas, etc. Ya sean seres queridos, compañeros de trabajo o extraños que acabas de conocer en la calle, déjalos que sean. Deja que todo y todos sean exactamente lo que son y verás cómo esto te va a hacer sentir mejor.
13. Deja de culpar a los demás
Desiste del deseo de culpar a otras personas por lo que tú tienes o lo que no, por lo que se sientes o no sientes. Para de darle más poder a esto y comienza a asumir la responsabilidad de tu vida.
12. Abandona la charla autodestructiva
¿Cuántas personas están sufriendo a causa de su forma de pensar negativa, contaminada y repetidamente derrotista? No creas todo lo que tu mente dice – especialmente si es algo pesimista.
11. Deja de quejarte y resuélvelo
Renuncia a la constante necesidad de quejarte de las muchas, muchas, muchas cosas. Nadie puede hacerte infeliz, ninguna situación puede hacer sentir triste o peor, a menos que tú lo permitas.
10. Olvida el lujo de criticar
Abandona el hábito de criticar a las cosas, eventos o personas que son diferentes a ti. Todos somos diferentes y sin embargo, todos somos iguales. Todos queremos ser felices.
9. Renuncia a tu necesidad de impresionar a los demás
Deja de intentar tanto ser algo que no eres solo para agradar a los demás. En el momento en que dejes de intentar ser algo que no eres y aceptes quién eres en realidad, encontrarás que la gente se siente atraída por ti.
8. Abre tu resistencia al cambio
El cuerpo humano está programado para resistir al cambio. Cambiar es seguido por el proceso de adaptación. Solo puedes alcanzar otro nivel intelectual si cambias constantemente. El cambio es bueno.
7. Olvídate de las etiquetas
Para de etiquetar a las personas, cosas y situaciones que no entiendes cómo si fueran raros o diferentes y trata de abrir la mente.
6. Abandona tus miedos
El miedo generalmente tiene dos orígenes: la ignorancia y el conocimiento de los posibles acontecimientos. El primer caso se resuelve con conocimiento y el segundo caso puede ser que acontezca o no, nada es seguro.
5. Abandona tus excusas
A menudo nos limitamos a causa de las muchas excusas que utilizamos.
4. Lo pasado, pasado
Es difícil. Sobre todo cuando el pasado parece mejor que el presente y el futuro parece tan aterrador, pero hay que tener en cuenta el hecho de que el presente es todo lo que tienes y todo lo que vas a tener. El pasado que estás deseando fue ignorado por ti cuando estaba presente. Después de todo, la vida es un viaje y no un destino.
3. Desapego del apego
En el momento en que te desapegas de todas las cosas la irá se calma y te vuelves tolerante, amable y sereno... llegas a un estado que te permite comprender todas las cosas sin siquiera intentarlo.
2. Deja de vivir de acuerdo a las expectativas de los demás
Las personas viven sus vidas de acuerdo a lo que otros piensan que es mejor para ellos, viven sus vidas de acuerdo a lo que sus padres piensan que es mejor para ellos, o sus amigos, enemigos, maestros, los gobiernos e incluso según lo que los medios de comunicación creen que es mejor para ellos. Está tan ocupados complaciendo a todo mundo, que pierden el control de sus propias vidas. Esto hace que se olviden de lo que les hace feliz, lo que quieren y lo que necesitan.
1. Deja de lado las creencias limitadoras acerca de quién puede o no puede ser, sobre lo que es posible y lo imposible. A partir de ahora, no está permitido que tus creencias restrictivas te dejen varado en el lugar equivocado.