El doctor Edgar Lobaton, profesor asistente de ingeniería en computación y eléctrica y autor principal de la investigación, explicó hoy a Efe que dicho programa puede “salvar vidas” en casos de desastres naturales como un terremoto.
Según el experto, a los insectos como cucarachas o polillas denominados “biobots”, porque son mitad seres vivos y robots, se les equipa con un dispositivo eléctrico de sensor que envía señales para monitorear sus movimientos.
“En el caso de localizar a personas que han quedado atrapadas en escombros de edificios colapsados por derrumbes de terremotos, podemos enviar a cientos de éstos ‘biobots’, que pueden moverse fácilmente en lugares reducidos, y conocer su ubicación”, explicó el experto nacido en Perú, quien emigró a Estados Unidos a los quince años.
Debido a que los ‘biobots’ no pueden ser rastreados por sistemas de GPS, su ubicación exacta sería desconocida, sin embargo, Lobaton destacó que los sensores con los que están equipados los insectos envían señales a través de ondas de radio a los receptores.
“Una característica de los ‘biobots’ es que su movimiento puede ser algo al azar y estamos aprovechando esa tendencia aleatoria a nuestro favor”, destacó.
Una vez que el enjambre ha tenido la oportunidad de extenderse, los investigadores podrían enviar una señal de mando a los “biobots” para seguir avanzando hasta encontrar una pared o una superficie intacta para continuar moviéndose a lo largo del lugar.
“Esto ofrecería a los rescatistas una idea clara de la ubicación de las personas en un área que antes no había manera de conocer”, enfatizó el investigador, quien posee licenciaturas en matemática e ingeniería eléctrica de la Universidad de Seattle en 2004.
Aunque esta plataforma se ha utilizado en el pasado, con el envío de robots para recabar información a lugares donde no pueden o es peligrosa la presencia de humanos, es la primera vez que se utiliza este tipo de “insectos robóticos”.
Otras de las ventajas del software es que permite a los agentes de seguridad pública determinar la ubicación de amenazas tipo radioactivas o químicas si los “biobots” han sido equipados con los censores correspondientes.
Lobaton completó su doctorado en ingeniería eléctrica y ciencias de la computación de la Universidad de California en Berkeley en 2009.
Ha trabajando anteriormente en aplicaciones que incluyen sistemas de vigilancia mediante sistemas de cámaras inteligentes de planificación de movimientos robóticos para aplicaciones médicas.
Los investigadores han probado el software utilizando simulaciones por computadora y en la actualidad con robots.
El documento, “Aplicación topológica de entornos desconocidos con un enjambre robótico”, será presentado en la Conferencia Internacional de Robots Inteligentes y Sistemas que se llevará acabo durante el mes de noviembre en Tokio, Japón.
Según el experto, a los insectos como cucarachas o polillas denominados “biobots”, porque son mitad seres vivos y robots, se les equipa con un dispositivo eléctrico de sensor que envía señales para monitorear sus movimientos.
“En el caso de localizar a personas que han quedado atrapadas en escombros de edificios colapsados por derrumbes de terremotos, podemos enviar a cientos de éstos ‘biobots’, que pueden moverse fácilmente en lugares reducidos, y conocer su ubicación”, explicó el experto nacido en Perú, quien emigró a Estados Unidos a los quince años.
Debido a que los ‘biobots’ no pueden ser rastreados por sistemas de GPS, su ubicación exacta sería desconocida, sin embargo, Lobaton destacó que los sensores con los que están equipados los insectos envían señales a través de ondas de radio a los receptores.
“Una característica de los ‘biobots’ es que su movimiento puede ser algo al azar y estamos aprovechando esa tendencia aleatoria a nuestro favor”, destacó.
Una vez que el enjambre ha tenido la oportunidad de extenderse, los investigadores podrían enviar una señal de mando a los “biobots” para seguir avanzando hasta encontrar una pared o una superficie intacta para continuar moviéndose a lo largo del lugar.
“Esto ofrecería a los rescatistas una idea clara de la ubicación de las personas en un área que antes no había manera de conocer”, enfatizó el investigador, quien posee licenciaturas en matemática e ingeniería eléctrica de la Universidad de Seattle en 2004.
Aunque esta plataforma se ha utilizado en el pasado, con el envío de robots para recabar información a lugares donde no pueden o es peligrosa la presencia de humanos, es la primera vez que se utiliza este tipo de “insectos robóticos”.
Otras de las ventajas del software es que permite a los agentes de seguridad pública determinar la ubicación de amenazas tipo radioactivas o químicas si los “biobots” han sido equipados con los censores correspondientes.
Lobaton completó su doctorado en ingeniería eléctrica y ciencias de la computación de la Universidad de California en Berkeley en 2009.
Ha trabajando anteriormente en aplicaciones que incluyen sistemas de vigilancia mediante sistemas de cámaras inteligentes de planificación de movimientos robóticos para aplicaciones médicas.
Los investigadores han probado el software utilizando simulaciones por computadora y en la actualidad con robots.
El documento, “Aplicación topológica de entornos desconocidos con un enjambre robótico”, será presentado en la Conferencia Internacional de Robots Inteligentes y Sistemas que se llevará acabo durante el mes de noviembre en Tokio, Japón.
Cortesía de Cuquis Bonit@