La rubia de 26 años narra por qué cambió los negocios por el placer y advierte que en el futuro creará un imperio del sexo
De niña sólo tenía un sueño... Ser una "porno star". Así que a Alix Lynx no le bastó ser poseedora de un alto IQ, ni matricularse en la licenciatura en comunicación y mucho menos el terminar un MB (maestría en administración de negocios) en marketing digital, pues para ella su anhelo de siempre no era hacer dinero con su brillante mente, sino con su nada despreciable cuerpo.
"La pornografía es algo que quería hacer desde que era una adolescente...", afirmó la rubia neoyorquina de 26 años a la revista "Cosmopolitan".
No era la típica adolescente promiscua. Perdí la virginidad a los 16 con mi novio del instituto; el sexo no era algo que me preocupase demasiado... Pero recuerdo que un día vi un documental sobre 'Playboy' y supe enseguida que quería hacer del porno mi vida".
Con una mente educada para los negocios y una anatomía que nació para el placer, Lynx dejó un prometedor futuro en el mundo empresarial para mudarse a California y enrolarse en la industria pornográfica.