Nos atascamos como si lleváramos años sin comer y a pesar de eso,
siempre sobra algo de lo mucho que se cocinó para la noche anterior
Cuando llega la cena navideña, todos, sin excepción, nos atascamos como si lleváramos años sin comer. A pesar de eso, siempre sobra algo de lo mucho que se cocinó para la noche anterior. Eso que todos conocemos como "recalentado".
La pregunta es: ¿Qué hacemos con tanto? ¿Cómo lo cocinamos para que (al menos) luzca diferente? ¿Hay algún modo de sorprender a los comensales para que no se sientan timados? ¿De qué forma puede no terminar hartándonos?
Te damos siete consejos que te pueden servir para no desperdiciar ni un solo gramo.
1. Con las baguettes que sobraron, prepara unas deliciosas tortas de pavo con relleno o de lomo o pierna, de romeritos y bacalao.
2. Entre más veces hierves el ponche, concentra más su sabor y es mucho más rico.
3. Una deliciosa salsa de ciruela que bañe las rebanadas de pavo cambiará el sabor de la receta original.
4. ¿Qué tal unas hojaldras de pavo? Sólo necesitas un poco de mole, el pan y un poco de antojo de “guajolote“.
5. Si nunca se te había ocurrido, ahora es cuando: crepas de bacalao. Sólo necesitas tortillas de harina (o masa para formar los disco) y rellenarlos con tu deliciosa preparación.
6. Tres palabras: Quesadillas de romeritos. Sólo necesitas masa de maíz azul para hacer las tortillas y un sartén con un poquito de aceite.
7. Tú, yo, y una ensalada de lechuga, con jitomate, germen de soya, duraznos, nueces, trocitos de ciruela pasa y lo que te quedó del lomo. Piénsalo.
Si de plano te da flojera cocinar, sírvelo exactamente como lo comiste la noche anterior.