A pesar de que muchos están en desacuerdo con que las madres, no los padres, son las que transfieren sus facultades mentales a los hijos y que los genes de la inteligencia estan concentrados en el cromosoma X, los estudios científicos vuelven a insistir sobre la hipótesis de que la inteligencia se hereda de la madre.
Puesto que gran parte del componente intelectual de los individuos está ligado al cromosoma X. Los varones tienen un cromosoma X heredado de la madre y otro Y heredado del padre mientras que las mujeres tienen dos cromosomas X. En resumen las mujeres tendrían el doble de posibilidades a la hora de heredar rasgos que se identifican con la inteligencia, como estableció el científico estadounidense Robert Lehrke.
No obstante, los médicos especialistas en la materia, agregan que la inteligencia se conforma con base en tres componentes o factores principales: la herencia genética, la estimulación y la nutrición, siendo este primer factor el que aporta de manera exclusiva la madre, lo que lleva a entender que si bien las madres hacen su aporte genético, no significa que seamos o no inteligentes exclusivamente por ello, de hecho, la inteligencia, significa “saber escoger algo”, es por tanto una habilidad cognitiva y emocional que se encarga de resolver cuestiones en la vida diaria y para eso no bastan los genes, la experiencia también es determinante.
Además está otro factor influyente en el desarrollo óptimo de la inteligencia: el de la nutrición adecuada. Recientemente se confirmó la asociación entre mayor tiempo de lactancia y mayor grado de inteligencia y éxito en la vida adulta del bebé. E inclusive a través de la alimentación nutritiva durante el embarazo y la crianza, como por ejemplo con los superalimentos.