Alexandra Allen tendrá que renunciar a su sueño de convertirse en bióloga marina, tiene alergia al agua. Sufre urticaria acuagénica, una enfermedad degenerativa, según publica el portal de noticias 'ABCNews'. La adolescente vivió su primer episodio alérgico hace algunos años después de nadar en una piscina. Su madre creyó que le había hecho una reacción al cloro y con un medicamento antihistamínico resolvió el malestar. Poco después volvió a estar mal con lesiones dolorosas, tras nadar en un lago, famoso por la limpieza de su agua. Allen se puso a curiosear por la red y encontró una web médica que hablaba de la urticaria acuagénica. Ella se lo comentó a su dermatólogo quien coincidió con este diagnóstico.
Fue sometida a una serie de pruebas, una de ellas era sumergirse en una bañera, en la que reconoció sentirse "torturada". Esta alergia es tan rara que se cree que solo existen unos 50 casos en todo el mundo. De la urticaria acuagénica se conoce muy poco y algunos médicos creen que su origen puede estar en que las glándulas sudoriparas producen una toxina que desencadena la respuesta alérgica. Allen, por su parte, está preocupada porque es degenerativa, lo que significa que empeora con el tiempo y la exposición repetida al agua.