México.- La depresión post parto (DPP) es una forma
de depresión que la madre experimenta después del nacimiento. Es una
combinación compleja de cambios físicos, emocionales y conductuales.
La sicóloga y terapeuta Magdalena Urbina explica
que tener un bebé puede producir euforia, así como también agotamiento.
Esto produce una baja en los niveles de estrógenos y sueño interrumpido,
los cuales propician la primera etapa de la depresión: la tristeza.
Durante esta etapa, la mujer llorará frecuentemente y por largos periodos de tiempo. Se mostrará sensible, melancólica, irritable y desinteresada de las cuestiones maternas.
Si no es atendida en ese momento, pasará al siguiente nivel, al cual se le denomina depresión postparto. Ésta es una afección que produce sentimientos de inadecuación, pérdida de concentración, ansiedad, pensamientos suicidas, culpabilidad, ataques de pánico, dolores de cabeza y pecho e hiperventilación. La psicóloga advierte que es imprescindible que, si la madre experimenta alguno de estos síntomas, busque ayuda profesional, ya que el retraso del tratamiento puede desencadenar en una psicosis postparto.
La psicosis postparto es un acontecimiento relativamente raro; según la literatura se da una vez por cada mil nacimientos. Los síntomas van desde la pérdida del apetito, la hiperactividad hasta delirios o alucinaciones.
La mujer que atraviese por la primera etapa de la DPP puede hacer por cuenta propia acciones para aliviar el malestar, como salir de casa, hacer ejercicio moderado o realizar actividades que sean de su gusto.
Magdalena también recomienda la asistencia a grupos con otras madres que hayan padecido DPP, atención psicológica y, siempre y cuando sea recetado por el médico correspondiente, un tratamiento farmacéutico que ayude a equilibrar los niveles hormonales o químicos para aminorar los malestares.
Asegura que lo más importante es reflexionar y no asustarse, por el contrario, darse a sí misma algún tiempo para ajustarse a su nueva vida.
Durante esta etapa, la mujer llorará frecuentemente y por largos periodos de tiempo. Se mostrará sensible, melancólica, irritable y desinteresada de las cuestiones maternas.
Si no es atendida en ese momento, pasará al siguiente nivel, al cual se le denomina depresión postparto. Ésta es una afección que produce sentimientos de inadecuación, pérdida de concentración, ansiedad, pensamientos suicidas, culpabilidad, ataques de pánico, dolores de cabeza y pecho e hiperventilación. La psicóloga advierte que es imprescindible que, si la madre experimenta alguno de estos síntomas, busque ayuda profesional, ya que el retraso del tratamiento puede desencadenar en una psicosis postparto.
La psicosis postparto es un acontecimiento relativamente raro; según la literatura se da una vez por cada mil nacimientos. Los síntomas van desde la pérdida del apetito, la hiperactividad hasta delirios o alucinaciones.
La mujer que atraviese por la primera etapa de la DPP puede hacer por cuenta propia acciones para aliviar el malestar, como salir de casa, hacer ejercicio moderado o realizar actividades que sean de su gusto.
Magdalena también recomienda la asistencia a grupos con otras madres que hayan padecido DPP, atención psicológica y, siempre y cuando sea recetado por el médico correspondiente, un tratamiento farmacéutico que ayude a equilibrar los niveles hormonales o químicos para aminorar los malestares.
Asegura que lo más importante es reflexionar y no asustarse, por el contrario, darse a sí misma algún tiempo para ajustarse a su nueva vida.
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