El ex primer ministro de Gran Bretaña, Alec Douglas-Home, nunca fue muy popular entre los izquierdistas en el país. En 1964, algunos estudiantes de la Universidad de Aberdeen, Escocia, decidieron secuestrarlo. Luego de localizar la casa donde se alojaba el político durante su visita al país, los estudiantes entraron en acción. Llamaron a la puerta y con toda calma preguntaron al primer ministro si a él no le importaría ser secuestrado en ese momento, si no sería mucha molestia (recuerda que eran británicos).
Incapaz de resistirse a una oferta tan amable, Douglas-Home pidió unos minutos para empacar, durante los cuales ofreció a sus nuevos captores una cerveza. Ellos aceptaron y terminaron abandonando el plan a favor de emborracharse y posar para fotos con el Primer Ministro.