El STC Metro de la Ciudad de México es la
joya de la corona en prácticas de corrupción a costa de la seguridad y
la rendición de cuentas. Vayamos a las pruebas... sólo un
caso de corrupción por su relación con la seguridad colectiva.
Primero.
Las “licitaciones públicas” del STC Metro parecieran ser un medio de
transparencia que coadyuva a acotar la corrupción. Acaso sea un
mecanismo más sofisticado que la tradicional asignación directa. Es una
mera apariencia de transparencia. En efecto, en las licitaciones
públicas se hacen retratos hablados o se ponen condiciones que sólo las
va a aceptar quien sabe que tiene la partida ganada y está seguro de que
no se le va a requerir su cumplimiento.
El principal sistema de
seguridad del Metro reside en la Red de Comunicaciones y Servicios
(adquisición de los sistemas de red de comunicaciones y servicios de
videovigilancia y alarmas), que fue objeto de la licitación pública
internacional número 30102003-006/07, del 15 de octubre de 2007. Apenas
16 días después, el proyecto fue asignado a la empresa española
Infoglobal, S.A., la cual por cierto presentó como propuesta la
reproducción de los anexos técnicos de lo licitado hasta con puntos y
comas.
Ese primer contrato fue por 50 millones de dólares.
Alrededor de un año después se estableció el primer convenio
administrativo modificatorio (01/08) al contrato con Infoglobal, S.A.,
que aumentó la cantidad destinada a esta empresa en 8 millones 698 mil
640 dólares estadunidenses por concepto de incremento de 36 a 72 hilos
de fibra óptica para hacer realidad que el DF fuera una “ciudad
digital”, lo cual está fuera del objeto del STC Metro. La autorización
de este incremento provino de la “doctora” Esther Orozco (sí, la misma
que hoy enfrenta una averiguación previa por usurpación de profesión y
fue expulsada de la rectoría de la UACM), según el oficio
ICyT/DG/DITUS/056/2008 del 18 de febrero de 2008, en su carácter de
directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del DF.
Segundo.
El 16 de abril de 2009, la falta de planeación del STC Metro generó un
nuevo convenio administrativo modificatorio (02/09) al contrato
original, en donde es de llamar la atención que el STC Metro solicita en
el inciso k) del acta circunstanciada que acompaña al convenio
modificatorio “la implementación de los siguientes prototipos a ser
implementados (sic) en estación: Reconocimiento Facial, Análisis
Inteligente de Imagen, Prototipo de Visualización en PDA. Sin embargo,
el STC ha reconsiderado su implementación y decidió cancelarlos”(!). En
total, se adquirieron mil 749 cámaras fijas, mil 318 cámaras móviles,
102 cámaras de poste, 22 centros de monitoreo local y 67 clientes de
visualización (instrumentos para monitorear el funcionamiento de las
cámaras).
A pesar de que los equipos fueron recibidos formalmente a
“entera satisfacción” del STC Metro, existen documentos que ponen de
manifiesto las inconsistencias entre lo pagado y lo recibido. Así, en un
revelador oficio (número CES XI/12/12), Héctor Homero Zavala Zavala,
secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de
Transporte Colectivo, seccional XI Vigilancia, el 15 de febrero de 2012
comunicó al licenciado Iván Durán Zenil, coordinador técnico de la
Gerencia de Seguridad Institucional: “En atención a la minuta 001, de
fecha 19 de enero del presente año, me permito solicitarle la
información relativa al seguimiento que se le ha dado a la problemática
del Servicio de Alarmas que se encuentra integrado en el proyecto
denominado ‘Red de Comunicaciones y Servicios del STC’, toda vez que las
fallas manifestadas por los trabajadores y usted mismo en la reunión de
la fecha mencionada nos preocupan de manera importante por el riesgo en
que se encuentran las instalaciones y el posible daño patrimonial a que
se expone el organismo”.
En verificaciones internas efectuadas
entre el 27 de enero y el 31 de marzo de 2011 se habían manifestado
infinidad de fallas del sistema adquirido. Por lo que se refiere a los
clientes de visualización, la gerencia de seguridad institucional mostró
diferencias entre el equipo “recibido” y la información de dónde y con
cuántos clientes se contaba. La nota informativa de la reunión celebrada
el 9 de junio de 2011 en el área técnica del STC Metro e Infoglobal,
S.A., daba cuenta de que no funcionaban mil discos duros “por problemas
de incompatibilidad para el servicio requerido”. En otra nota, tres días
después, se notificó que “las cámaras de riel no funcionaban por tener
12 centímetros lineales y no seis, como requería el servicio”.
La
corrupción es tal que incluso si se hubieran entregado todos los bienes
pagados hay un sobreprecio que no deja lugar a dudas de las mañas de
Marcelo Ebrard Causabón y sus socios. Por ejemplo, las mil 749 cámaras
fijas, marca Ikegami, modelo ICD-508, fueron cotizadas por Infoglobal,
S.A., y aceptadas por el STC Metro, a 2 mil 186.16 dólares por unidad.
La misma cámara ya instalada la ofrece la empresa Internet Security
Systems Inc., al precio de ¡499.24! dólares. Y al gran mayoreo el precio
baja a 250 dólares. Esa diferencia, aceptada por el gobierno de Marcelo
Ebrard, significa que el costo de adquisición de este producto fue casi
10 veces mayor a su precio en el mercado.
Tercero. El STC no
invocó en su momento lo previsto en la cláusula octava del Contrato base
con Infoglobal, S.A., que se refiere a los defectos y vicios ocultos y a
la responsabilidad del proveedor. No sólo la empresa no fue sancionada,
sino premiada al “ganar” otras licitaciones. Asimismo, es muy grave que
el personal subcontratado por Infoglobal, S.A., tenga en sus celulares
información sensible y claves de acceso que comprometen la seguridad del
STC Metro. Es necesario que se finquen responsabilidades y se dé vida a
mecanismos ciudadanos de alta especialización que puedan ser parte
activa para hacer del STC Metro un modelo de seguridad y honestidad que
hoy tiene amplísimas oportunidades de mejora.
Cortesìa de
Sexi Vaguita del Metro