(Con información de insightcrime.org, BBC Mundo, El País de Madrid).
Mientras el considerado capo número uno del narcotráfico, Joaquín "El
Chapo" Guzmán fue apresado el viernes –por tercera vez en su carrera
delictiva–, las riendas del cartel de Sinaloa están en manos de su socio
y "compadre", Ismael Zambada García, alias "El Mayo". El bajo perfil y
la discreción de El Mayo le han permitido trabajar por unos 50 años en
el negocio de las drogas sin haber sido capturado nunca por las
autoridades, una cocarda que ni el Chapo puede lucir.
Aunque la atención está hoy puesta en El Chapo, los expertos aseguran
que es El Mayo el verdadero líder de la organización. Así lo sostuvo el
jefe de la administración antidrogas estadounidense (DEA), Jack Riley,
en una entrevista a mediados de 2015 con la publicación mexicana El
Proceso: "En el mundo no hay cartel más sólido que el de Sinaloa, ni
capo más poderoso que El Mayo".
El gobierno de EEUU ofrece US$ 5 millones por información que permita
ubicar al Mayo Zambada, pero, aun así, Riley opina que han subestimado
"la influencia y el poderío" que tiene en el mercado de las drogas.
Se estima que el cartel domina el 30% del mercado de marihuana y cocaína
de EEUU, y más del 60% de la heroína. Sus ventas rondan los US$ 3.200
millones anuales según el libro El mal menor de la gestión de las
drogas, escrito por académicos mexicanos.
De la vieja escuela
Muy diferente al propio Chapo Guzmán y a los jóvenes que incursionan en
el narcotráfico, que "por su inexperiencia andan en camionetas lujosas,
emborrachándose en las calles o escandalizando incluso", El Mayo Zambada
cultiva un perfil discreto, que se ha convertido en su mejor aliado,
según explicó el investigador de la Universidad de Guadalajara,
Francisco Jiménez Reynoso a BBC Mundo.
En la nota se explica que Zambada no es afecto a los lujos y es más
disciplinado y prudente que Guzmán, del que se cuenta que solía
aparecer, cerrar restaurantes con todos los clientes dentro, para comer y
marcharse.
En un artículo de BBC Mundo se señala que El Mayo suele actuar más como
empresario y que ha logrado tejer una extensa red de protección en base a
una práctica común de los narcotraficantes de convertirse en una
especie de mecenas de comunidades marginadas.
Más allá de esta "protección social", se especula que El Mayo está en
movimiento constante en la región montañosa conocida como el Triángulo
Dorado, ubicada en los estados de Durango, Sinaloa y Chihuaha.
"Yo nunca bajo de la sierra", le dijo en 2010 El Mayo al periodista
mexicano Julio Scherer, al que contactó para concederle una entrevista
en persona. "Tenía interés en conocerlo", le dijo el capo, en una
rústica construcción a la que fue llevado el periodista.
Scherer lo describe como un hombre que "sobrepasa el 1,80 de estatura y
posee un cuerpo como una fortaleza, más allá de una barriga apenas
pronunciada (...) el bigote recortado; es de los que sugieren una sutil y
permanente ironía".
El Mayo no lo dejó grabar la conversación y elogió que fuera un
periodista que no miente.
"Tengo a mi esposa, cinco mujeres, quince nietos y un bisnieto. Ellas,
las seis, están aquí, en los ranchos, hijas del monte, como yo. El monte
es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo",
explicó el capo del cartel de Sinaloa.
Según El Mayo, si fuera arrestado o se entregara, nada cambiaría en el
narcotráfico: "El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo
dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados,
sus reemplazos ya andan por ahí".
Agregó que la guerra contra el narcotráfico está perdida. "El narco está
en la sociedad, arraigado como la corrupción", sentenció.
En esa entrevista de hace seis años, confesó que tenía pánico de que un
día lo detuvieran. ¿Lo atraparán?, preguntó Scherer. "En cualquier
momento", respondió El Mayo, "o nunca".