El Washington Post abunda en uno de los temas que más preocupan respecto al intenso uso de internet: cómo afecta a la experiencia lectora de textos que exigen concentración, que son largos y densos, cuando uno se ha habituado al proceso de “leer en diagonal y con interrupciones” en el online.
Aunque mucho de lo que apuntan los neurocientíficos a los que preguntan, destaca que, para los neurocientíficos cognitivos, la experiencia de Claire Handscombe, lectora digital, es objeto de gran fascinación y creciente alarma.
Los seres humanos, advierten, parecen estar desarrollando cerebros “digitales” con nuevos circuitos para hojear el torrente de información online.
Esta forma alternativa de lectura compite con el circuito de lectura profunda tradicional desarrollado durante varios milenios.