‘Todo en exceso es malo’, es un dicho muy conocido que expone lo
virtuoso de estar en equilibrio y libre de desproporciones. Lo más
increíble, es que también se aplica para los hábitos de higiene como la
de tomar una ducha.
Para el especialista John Oxford, virólogo de la Facultad de Medicina
de la Universidad Queen Mary de Londres y presidente del Consejo
Nacional de la Higiene, tomar un baño más de una vez al día puede
acarrear varios problemas de salud. ‘Basta solo un baño para desproteger
el órgano más sensible y expuesto que tenemos: la piel’, detalla
Oxford.
En esta época de calor, más de uno opta por refrescarse bañándose más
de una vez al día. Ahora, te dejamos algunas de las razones por las que
no es recomendable ducharse en exceso.
1. Pérdida de componentes naturales. La piel posee
aceites y sustancias naturales que nos protegen de los gérmenes y la
humedad y hasta regulan la temperatura entre el interior y el exterior
de nuestro cuerpo. Al bañarnos constantemente, estas pueden verse
deterioradas o disminuidas, según indica Leonardo Sánchez, presidente de
la Asociación Peruana de Dermatología. El experto señala que al emplear
constantemente jabones y geles estamos contribuyendo a “perturbar el
índice natural de acidez de la piel”.
2. Alteración de la flora cutánea. Así como ocurre
con la flora intestinal, la piel también posee bacterias que ayudan a
protegernos de los gérmenes, de la contaminación ambiental y de posibles
infecciones o irritaciones. “Cuando desaparece esta flora cutánea, es
más probable que los gérmenes patógenos colonicen la piel. Los males más
comunes que se producen son la dermatitis atópica, la pitiriasis alba
(manchas blanquecinas en la piel) y las alergias”, señala Leonardo
Sánchez.
3. Créelo: el agua también puede dañarnos. El agua
que circula por las cañerías contiene sustancias como trihalometanos
(usadas durante el proceso de potabilización), cloro y otros elementos
químicos muy nocivos para la salud de la piel y del organismo en
general. Exponernos en exceso a estas sustancias podría acarrear
resequedad y resquebrajamiento de la dermis. “Algunas aguas tratadas son
bastante salinas, lo que produce el endurecimiento del cabello”, nos
dice el dermatólogo.
4. Los niños podrían verse perjudicados. Según los
resultados del XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de
Pediatría, la falta de contacto con gérmenes y el baño constante
favorece la aparición de asma, rinitis, urticaria y otros trastornos de
la piel. “Los niños deben generar sus propios anticuerpos. En ellos es
más desfavorable los continuos baños diarios”, remarca Sánchez.
5. Estimula la caída del cabello. Para que el pelo
se hidrate, necesita del aceite natural que genera el cuero cabelludo,
el cual se demora al menos dos días en generarse. “Si añades químicos a
la salinidad propia del agua, tienes un coctel pernicioso para el pelo”,
advierte el dermatólogo.