Mientras se encontraba camino a la escuela, Evan Hamilton, de 13 años de edad, fue desafiado por sus colegas a beber ocho tragos seguidos de tequila. Todos creyeron que fue una gran idea porque, momentos después, estaba tomando la bebida con todo el gusto que uno esperaría de un adolescente.
Se desmayó en el aula de clases horas después. Evan fue trasladado de urgencia al hospital con intoxicación por alcohol y, durante una tomografía computarizada de rutina, los médicos encontraron un pequeño tumor en su cerebro. Afortunadamente, el muchacho escogió el momento correcto para beber hasta perder el conocimiento: el tumor fue removido inmediatamente antes de que fuera fatal.