Las explosiones de dos coches bomba se produjeron en un concurrido mercado de la ciudad nigeriana de Jos, informaron fuentes policiales del país africano.
Al menos 46 personas murieron ayer en un atentado con coches bomba
perpetrado en una ciudad del centro de Nigeria, donde la espiral de
violencia crece tanto como la incertidumbre acerca del paradero de las
casi 300 estudiantes secuestradas desde el mes pasado por un grupo
islamista local. Las explosiones de dos coches bomba se produjeron en un concurrido
mercado de la ciudad nigeriana de Jos, informaron fuentes policiales del
país africano, que precisaron además que por el ataque también
resultaron heridas 45 personas. Jos, situada en el centro de Nigeria, entre el norte de mayoría
musulmana, y el sur cristiano, es la capital del estado de Plateau y fue
epicentro de conflictos religiosos y étnicos durante años. Los estallidos tuvieron lugar en el mercado central de Jos, ubicado
entre una estación de tren y el hospital universitario de la ciudad,
informó el teniente general Dave Enetie. Una bomba estaba escondida en un camión y la otra en un pequeño autobús, aseguró el oficial de seguridad Kingsley Egbo. Según testigos, las explosiones provocaron daños en el hospital,
varias tiendas, bancos y en un aparcamiento, mientras que un denso humo
envolvió la zona, informó la agencia de noticias DPA. El atentado ocurre un día después de que otro ataque con coche bomba
causara la muerte de 15 personas en un barrio cristiano de la norteña
ciudad de Kano. También coincide con la aprobación en el Parlamento de una extensión
de seis meses para el estado de emergencia en tres estados del noreste
del país afectados por la violencia de militantes islamistas, informó
la agencia de noticias EFE. El Senado aprobó la continuación de los poderes especiales para el
Ejército en los estados de Adamawa, Borno y Yobe, después de que la
medida fue avalada por la Cámara baja la semana pasada. Mientras la comunidad internacional reclama la liberación de las casi
300 estudiantes secuestradas el 14 de abril en una ciudad de Borno por
Boko Haram, grupo islamista que tiene contactos con Al Qaeda,
responsable de la muerte de miles de personas desde 2009, mientras busca
instalar un Estado islámico en el norte de Nigeria. El gobierono nigeriano descartó hoy que las estudiantes secuestradas
permanezcan en el bosque de Sambisa, refugio y base de operaciones de
Boko Haram, y sospecha que pueden haber sido divididas en varios grupos
distribuidos por todo el país. "No hay indicios que demuestren que nuestras niñas están todavía en
el bosque. Tampoco hay indicios de que hayan sido sacadas fuera del
país", dijo el ministro de Información, Labaran Maku. Las tareas de búsqueda del Ejército nigeriano, apoyado por asistencia
internacional, en el bosque de Sambisa, en Borno, donde se sospechaba
que fueron llevadas las menores tras el secuestro, no dan pista que
indique que puedan encontrarse allí. Ante la falta de pistas, Maku destacó que "hay posibilidades de que
las niñas hayan sido divididos en grupos y que se encuentren en varias
zonas del país". Además, el ministro nigeriano negó las informaciones que aseguran que las chicas fueron trasladadas fuera del país. "Algunos han dicho que las han visto en Camerún y en la República
Centroafricana. Pero no hay pruebas que lo demuestren", indicó Maku, que
también reconoció que es "difícil" luchar contra los miembros de Boko
Haram. El sábado pasado, Nigeria y sus cuatro países vecinos -Níger, Chad,
Togo y Benin- acordaron declarar la guerra al grupo isilamista, con el
respaldo de Francia, Estados Unidos y el Reino Unido. Boko Haram, que significa "la educación no islámica es pecado", lucha
por imponer la sharia (ley islámica) y desde que la policía acabó en
2009 con el entonces líder, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una
sangrienta campaña que causó más de 3.000 muertos.
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