Manchester.- A veces una historia es tan impactante o
escandalosa que es casi imposible resistirse a transmitirla. Pero ¿qué
la convierte en una pieza ideal de chisme? Investigadores de las
Universidades de Glasgow, Manchester y West encontraron que es más
probable que las personas compartan una historia cuando se trata de un
familiar o si tiene un tema "jugoso".
El chisme puede funcionar para mantener la
reputación dentro del sistema social al recibir actualizaciones de lo
que ocurre. Sin embargo, en este estudio publicado en la revista PLoS
ONE encontraron que que el comportamiento universal del chisme puede ser
socialmente beneficioso dentro de los grupos, con un papel importante
en la unión y el establecimiento de normas sociales tácitas.
El chisme se extiende como un reguero de pólvora, especialmente entre los grupos sociales pequeños, muy unidos. Sin embargo, no se sabe mucho acerca de por qué las personas se sienten obligadas a cuchichear.
"Intuitivamente, no es de extrañar que somos más propensos a hacer chismes sobre las personas conocidas. Sin embargo, somos mucho más propensos a los chismes cuando una historia tiene que ver con un familiar o con un escenario interesante" dijo Bo Yao, el autor principal del artículo, en un comunicado.
Para probar que los chismes son irresistibles, Yao y sus colegas crearon historias de ficción. Algunas de las historias incluían personas de renombre como David Beckham y el presidente Barack Obama, y otros utilizaron hechos de personas comunes. En algunas historias trataban el uso de drogas, en otras los personajes hicieron algo común como ir de compras.
Por ejemplo, una historia sobre el viaje de la familia Obama a París, bien podría describir su recorrido a la Bastilla, o decir qué comieron en McDonalds, debido a que los niños se negaron a comer comida francesa.
Los participantes calificaron cada historia en una escala de 1 al 4, con base en qué tan interesante era y qué tan probable sería que sucediera la anécdota. Los investigadores encontraron que las personas eran mucho más propensas a propagar rumores si los personajes estaban familiarizados con ellos, y si la información era sorprendente de alguna manera. En promedio, los participantes dieron a los chismes de una celebridad una puntuación de 2.79. Las historias con información interesante de una persona común recibieron un 1.95, en promedio.
Los participantes dijeron que tenían más probabilidades de propagar historias de una celebridad.
En un experimento de seguimiento, los investigadores pidieron a los voluntarios que describieran sus respuestas emocionales en la historia, cómo se sorprendieron por el cuento y si su opinión sobre los personajes principales se modificaron al final de la historia.
Los resultados mostraron que las personas son más propensas a difundir el chisme si ha cambiado su opinión sobre la persona en la historia. Asimismo, sospechan que la gente extiende este tipo de chismes porque la nueva información podría significar que los que están dentro del mismo grupo social tienen que volver a evaluar lo que saben acerca de la persona.
Aunque contar chismes de la farándula es un buen punto de partida para la comprensión del fenómeno, aún se necesita más investigación sobre los chismes entre amigos y conocidos casuales.
El chisme se extiende como un reguero de pólvora, especialmente entre los grupos sociales pequeños, muy unidos. Sin embargo, no se sabe mucho acerca de por qué las personas se sienten obligadas a cuchichear.
"Intuitivamente, no es de extrañar que somos más propensos a hacer chismes sobre las personas conocidas. Sin embargo, somos mucho más propensos a los chismes cuando una historia tiene que ver con un familiar o con un escenario interesante" dijo Bo Yao, el autor principal del artículo, en un comunicado.
Para probar que los chismes son irresistibles, Yao y sus colegas crearon historias de ficción. Algunas de las historias incluían personas de renombre como David Beckham y el presidente Barack Obama, y otros utilizaron hechos de personas comunes. En algunas historias trataban el uso de drogas, en otras los personajes hicieron algo común como ir de compras.
Por ejemplo, una historia sobre el viaje de la familia Obama a París, bien podría describir su recorrido a la Bastilla, o decir qué comieron en McDonalds, debido a que los niños se negaron a comer comida francesa.
Los participantes calificaron cada historia en una escala de 1 al 4, con base en qué tan interesante era y qué tan probable sería que sucediera la anécdota. Los investigadores encontraron que las personas eran mucho más propensas a propagar rumores si los personajes estaban familiarizados con ellos, y si la información era sorprendente de alguna manera. En promedio, los participantes dieron a los chismes de una celebridad una puntuación de 2.79. Las historias con información interesante de una persona común recibieron un 1.95, en promedio.
Los participantes dijeron que tenían más probabilidades de propagar historias de una celebridad.
En un experimento de seguimiento, los investigadores pidieron a los voluntarios que describieran sus respuestas emocionales en la historia, cómo se sorprendieron por el cuento y si su opinión sobre los personajes principales se modificaron al final de la historia.
Los resultados mostraron que las personas son más propensas a difundir el chisme si ha cambiado su opinión sobre la persona en la historia. Asimismo, sospechan que la gente extiende este tipo de chismes porque la nueva información podría significar que los que están dentro del mismo grupo social tienen que volver a evaluar lo que saben acerca de la persona.
Aunque contar chismes de la farándula es un buen punto de partida para la comprensión del fenómeno, aún se necesita más investigación sobre los chismes entre amigos y conocidos casuales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario