jueves, 14 de mayo de 2015

1000 maneras de reir

Hace unos días una joven falleció después de haberse intoxicado ¡con chicles! Y no está en la galería porque sencillamente (y cruelmente) no es un personaje histórico, pero vaya que su muerte entra en el rango de las más absurdas, digna de "Mil maneras de morir".

Aquí los 5 personajes de la historia cuya muerte fue ridícula.

Clement Vallandigham: Vallandigham estaba encargado de defender a un hombre acusado de asesinato. El argumento para su defensa fue que la víctima podría haberse disparado a sí misma accidentalmente, así que el abogado se disparó a sí mismo accidentalmente intentando probar su punto.
Hans Steininger: murió al quebrarse el cuello tras tropezar con su propia barba de más de un metro de largo, que generalmente enrollaba dentro de un estuche de cuero.
Thomas Urquhart: se murió de un ataque de risa al enterarse que Carlos II de Inglaterra había tomado el trono durante la Restauración.
Adolfo Federico: el rey murió después de comer un banquete que consistía en langosta, caviar, chucrut, arenque ahumado y champagne, al que luego agregó 14 porciones de su postre favorito, el tradicional pastel sueco semla, servido en un gran tazón de leche caliente.
Isadora Duncan: La célebre bailarina estadounidense murió gracias a su gusto especial por las bufandas y pañuelos largos. En Niza, Francia, Duncan iba de pasajera en un automóvil cuando el pañuelo que llevaba al cuello se enredó en la rueda, provocando su muerte instantánea.


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