TEHERÁN, Irán (AP) — Poco después de alcanzar un acuerdo nuclear con las potencias mundiales, un periódico local de Teherán publicó una imagen que para muchos fuera de Irán sería habitual: Un actor estadounidense anunciando un reloj caro.
Pero los ojos azules de John Travolta, que se clavan en el lector mientras el actor posa sentado junto a al cohete experimental X-15 de la Nasa en una autopista de California, ofrecen una dosis del estilo de vida americano poco vista en el país desde la revolución islámica de 1979. Y pronto podrían llegar más.
Empresas de todo el mundo quieren entrar en Irán, un país con unos 80 millones de personas, con importantes reservas de petróleo y gas y una considerable clase media que ansía marcas estadounidenses.
Aunque los más conservadores temen que esto pueda corromper a la nación islámica, otros han abierto su mente a la idea de tenerlos cerca.
En esta imagen, tomada el 5 de agosto de 2015, el empleado iraní Shahin Mirouzadeh corta patatas en un restaurante de comida chatarra de "Mash Donald's", una versión de McDonald's en el oeste de Teherán, Irán.
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