Durante las semifinales del torneo de NCAA División I entre Texas Christian University y Coastal Carolina, por unos instantes el protagonista se encontró en las tribunas y no en el diamante.
Un pequeño robó los reflectores durante varios segundos por las divertidas caras que era capaz de hacer cuando era enfocado por las cámaras.
Solo con miradas, movimientos de hombros y pequeñas sonrisas logró hacer reír a los comentaristas del partido que desviaron su atención por completo al niño.
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