Localizado en la terraza de un rascacielos residencial, en Shenzen, China, se encontró un tradicional templo y, lo más curioso de todo, es que nadie sabe a quién pertenece.
El templo, que está instalado hace tres años, fue construido en forma ilegal por un individuo privado. Según informes nadie responde a las quejas que vienen manifestando, ya que pone en riesgo la integridad de la estructura del rascacielos.
Más de algún ciudadano se muestran indignados, ya que la construcción en áreas ilegales parece estar poniéndose de moda en China.
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