Fantasías sexuales de las mujeres

La escritora Emily Dubberley presenta el libro "Garden of Desires" (Jardín de los Deseos), inspirado en otra obra de los 70's que hurga dentro del deseo sexual femenino.

Sumisión 

Según lo concluido por Dubberley en su libro, existen cinco áreas principales en las que se concentran las fantasías femeninas: 

Las mujeres puede que prefieran desde simplemente ceder a un hombre dominante, hasta llegar a las violaciones o contratos sexuales como en el libro "50 sombras de Grey". Este deseo de sumisión, puede hacer que las mujeres disfruten incluso del dolor físico y los golpes durante la relación sexual, así como recibir ordenes y ser reprendidas si no las obedecen. Pero cuidado, que a las mujeres les guste ser sumisas en la cama, no quiere decir que lo sean en la vida cotidiana ¡No abusen!.

Dominación

Lo contrario a ser sumisas es ser dominantes. Algunas mujeres fantasean con tener un esclavo sexual que cumpla todos sus caprichos en la cama y satisfaga sus necesidades sexuales. Estas mujeres asumen el rol de principar receptor de placer durante el sexo a tal grado de convertirse en unas"dominatrix".

Exhibicionismo y voyeurismo

Según Dubberley, la autora de "Garden of Desires", muchas mujeres sueñan con tener sexo en un "antro", en medio de una multitud y ante la mirada de todos. Otras se excitan con la idea de mantener relaciones sexuales, mientras algún espectador mira desde un escondite secreto; otras más, afirman que les encantaría participar en actos sexuales públicos. 

Sexo en grupo

Según indican, las mujeres fantasean con ser estimuladas en diferentes partes del cuerpo al mismo tiempo, algo que puede hacerse realidad si participan en una orgía o sesiones de sexo grupal. Así mismo, las mujeres buscan a través de las orgías, experimentar con ambos sexos. El anonimato es otro tabú que las chicas buscan romper al fantasear con sexo en grupo. Como en el video "All The Lovers" deKylie Minogue.

Atracción específica

Las mujeres suelen tener fantasías con personas específicas, compañeros de trabajo, vecinos, su jefe, estrellas de cine, o hasta el señor del gas. 

Dubberley concluye que mientras mejor entendamos nuestras fantasías, las aceptemos y llevemos a cabo, hombres y mujeres podremos ser más plenos sexualmente y felices. Al aceptar las fantasías de las mujeres y apoyarlas, estamos respetando y fomentando su individualidad. 

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