lunes, 16 de junio de 2014

Los 8 impuestos más raros del mundo

En Estados Unidos existen algunos impuestos realmente llamativos. En Arkansas, por ejemplo, los usuarios de servicios como los tatuajes o los piercing deben pagar un 6% extra de impuestos. En California, si compras fruta fresca en una máquina pagas un 33 por ciento de su coste en tasas. En Maine existe un canon especial que grava los arándanos. Y en el estado de Maryland se paga una tasa por cada inodoro instalado en una casa.

A lo largo de la historia han existido impuestos realmente singulares. Sin ir más lejos, en el siglo XVII Inglaterra impuso un gravamen sobre los edificios en función del número de ventanas, así como al uso de sombreros.

En la actualidad, preocupados por el calentamiento global, algunos países europeos como Dinamarca o Irlanda se están planteando la posibilidad de poner un impuesto a las flatulencias de las vacas. No en vano, de acuerdo con la FAO el 18% de los gases de efecto invernadero provienen del ganado doméstico. Más polémica es la propuesta lanzada por el economista nipón Takuro Morinaga, quien sugiere que los hombres más guapos y solteros deberían pagar el doble de impuestos que los menos agraciados. De este modo, asegura, se podría acabar con los problemas de descenso de natalidad que sufre Japón, cuyo gobierno está considerando la idea.


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