La Guerra de Independencia de los Estados Unidos fue un conflicto que enfrentó a las trece colonias británicas originales en América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña. Ocurrió entre 1775 y 1783, finalizando con la derrota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado de París.
Durante la guerra, Francia ayudó a los revolucionarios estadounidenses con tropas terrestres comandadas por Rochambeau y por el Marqués de La Fayette y por flotas bajo el comando de marinos como Guichen, de Grasse y d'Estaing. España, por su parte, lo hizo inicialmente gracias a Bernardo de Gálvez y de forma abierta a partir de la batalla de Saratoga, mediante armas, suministros y abriendo un frente en el flanco sur.
Las colonias británicas que se independizaron de Gran Bretaña
edificaron el primer sistema político liberal y democrático, alumbrando
una nueva nación, los Estados Unidos de América,
incorporando las nuevas ideas revolucionarias que propugnaban la
igualdad y la libertad. Esta sociedad colonial se formó a partir de
oleadas de colonos inmigrados y no existían en ella los rasgos
característicos del rígido sistema estamental europeo.
En las colonias del sur (Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia)
se había organizado un sistema esclavista (con unos 500.000 esclavos
negros) que explotaban plantaciones de tabaco, algodón y azúcar. De este
modo, la población estaba compuesta por grandes y pequeños propietarios
y esclavos.
Los antecedentes a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos se remontan a la confrontación franco-británica en Norteamérica y a las consecuencias de la Guerra de los Siete Años.
Respecto a los colonos estadounidenses, la guerra modificó radicalmente el panorama anterior. Los francófonos católicos de Quebec, tradicionales enemigos de los colonos estadounidenses de las Trece colonias,
recibieron un trato respetuoso por parte de las autoridades británicas.
Trato que se confirmó en 1774 cuando se dotó a Canadá de un estatuto
particular dentro de las colonias estadounidenses, llevándose sus
fronteras hasta la confluencia del Ohio y el Misisipi.
Asimismo su población conserva un derecho civil propio y la Iglesia
Católica es reconocida. Todos estos movimientos fueron mal aceptados por
la población de las Trece colonias. La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran
Bretaña infligía a los colonos, pues éstos aportaban riquezas e
impuestos a la metrópoli pero no tenían los medios para decidir sobre
dichos impuestos, por lo que se sentían marginados y no representados.
El tratado de París de 1783 (la Paz de Versalles)
- Se reconocía la independencia de Estados Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río Misisipi. El paralelo 32º se fijaba como frontera norte. Gran Bretaña renunció, asimismo al valle del Ohio y dio a Estados Unidos plenos poderes sobre la explotación pesquera de Terranova.
- España mantenía los territorios recuperados de Menorca y la Florida oriental y occidental. Por otro lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar (Londres se mostró inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la Roca).
- Francia recuperaba la mayoría de sus islas en las Antillas, además de las plazas del río Senegal en África.
- Holanda recibía Sumatra, estando obligada a entregar Negapatam (en la India) a Gran Bretaña y a reconocer a los ingleses el derecho de navegar libremente por el Índico.
- Gran Bretaña mantenía a Canadá bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de exportar a tierras canadienses su revolución.
- Finalmente, se acordó el intercambio de prisioneros.
En general los logros alcanzados pueden juzgarse como favorables para
España y en menor medida para Francia a pesar del elevado coste bélico y
las pérdidas ocasionadas por la casi paralización del comercio con
América, un pesado lastre que gravitaría sobre la posterior situación
económica francesa. Por otra parte, el triunfo de los rebeldes
estadounidenses sobre Inglaterra no iba a dejar de influir en un futuro
próximo sobre las colonias españolas. Esta influencia vino por distintos
caminos: la emulación de lo realizado por comunidades en similares
circunstancias, la solidaridad de los antiguos colonos con los que aún
lo eran, la ayuda de otras potencias interesadas en la desaparición del
imperio colonial español, etc. Estos aspectos se manifestaron de un modo
claro durante las Guerras Napoleónicas.
La nueva constitución
Una vez conquistada la independencia resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las antiguas colonias. En 1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en Filadelfia
con el fin de redactar una constitución. Se creaba así un único
gobierno federal, con un presidente de la república y dos cámaras
legislativas (Cámara de Representantes y Senado). Esta constitución
estaba inspirada en los principios de igualdad y libertad que defendían
los ilustrados franceses y se configuró como la primera carta magna que recogía los principios del liberalismo político
estableciendo un régimen republicano y democrático. La independencia y
democracia estadounidense causó un notable impacto en la opinión y la
política de Europa.
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