“Un milagro y la oportuna intervención quirúrgica” salvó la vida de Gabriela “N”, quien a sus casi ocho años de edad, pasó por la experiencia más traumática al recibir un balazo en la cabeza, por un agente ministerial de la Procuraduría de Justicia del estado de México (PGJEM).
El viernes pasado dejó el Hospital donde permaneció 42 días internada, tiempo en que fue indispensable para evitar que muriera. Sin embargo, la visión del ojo derecho jamás podrá recuperarla, pues el proyectil dañó por completo el nervio óptico.
En entrevista con Noticias MVS, el neurocirujano pediatra, Ricardo Valdez Orduño, explicó que por el momento, la niña no cuenta con la mitad del hueso craneal, debido a la operación a la que se sometió para extraerle la ojiva y desinflamar el cerebro.
“Esto podemos considerarlo como un milagro finalmente, corroboramos todo, los pediatras todos los médicos que estuvimos a cargo de ella y la cirugía, pero si se considera como un milagro, pensamos que no iba a salir y mucho menos en este tipo de condiciones tan espectaculares de su función neurológica.
“Ahorita tiene medicamentos principalmente para seguir protegiendo el cerebro; está tomando el levetiracetam que es un medicamento para que la función neurológica no vaya a tener un descontrol y vaya a tener una crisis convulsiva que no ha presentado, pero que es una protección al cerebro”, detalló.
Aseguró que la pequeña Gabriel seguirá una vida normal e incluso lleva terapias sicológicas que le ayudará a superar el trauma de perder la visión del ojo derecho.
“Ahorita le vamos a dar un poquito de tiempo a que se mejore un poquito más hasta de su estado sicológico, que mejore un poquito más, para después realizar las demás cirugías como cual, la que yo le hice, le quité la mitad del cráneo, si tú la ves sólo tiene piel, se le ve sumida la mitad de la cabeza (…) entonces hay que ponerle una prótesis craneal”, subrayó.
En tanto el policía ministerial Ariel González Loyola, continúa prófugo desde la noche del 20 de julio, cuando accionó su arma de fuego y baleó una camioneta Lincoln, Navegator, propiedad de los padres de la menor.
La agresión fue resultado del reclamo que hicieron al servidor público por obstruir la salida de su vehículo, afuera de una
agencia funeraria, ubicada en la colonia Cuchilla Pantitlán.
Pese al llamado que hicieron las Procuradurías de Justicia del Distrito Federal y del estado de México al resto de sus homólogas en todo el país, el sospechoso continúa a la fuga y el caso sumido en la impunidad.
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