Al rastrear una manada de leones en la Reserva Londolozi en
Sudáfrica, el guía local Lucien Beaumont fue testigo de una increíble
escena. La manada que recibe el nombre Mhangeni conformada por 13 leonas
y 4 leones estaba cazando a un puercoespín solitario. Pero no todo estaba perdido para el espinoso animal, ya que los
puercoespines están hechos para encuentros de este tipo. Tienen la cola
corta cubierta de púas que suenan como cascabel y producen un fuerte
ruido de siseo cuando el animal sacude su costado. El sonido busca
confundir y distraer el predador durante el tiempo suficiente para que
el animal pueda escapar. En caso de que este plan no funcione, el puercoespín clava sus púas
en el predador, ataque que produce gran dolor y cuya herida se infecta
fácilmente.
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