Un nuevo estudio de Imágenes por Resonancia Magnética (IRM), de l
King’s College de Londres y la Universidad de Montreal, sugiere que los
delincuentes psicópatas violentos no aprenden de los castigos como la
mayoría de las personas lo hacen. Tras realizar una escáner del cerebro de 32 delincuentes violentos,
de los cuales 12 eran considerados psicópatas, los investigadores
descubrieron aquellos que muestran psicopatías tienen anormalidades en
las áreas del cerebro asociadas con el aprendizaje tras un castigo. Los agresores psicopáticos son diferentes a los criminales regulares
en varias formas. Los criminales regulares son híper-responsivos a las
amenazas, son irascibles y más agresivos, mientras que los psicópatas
tienen una respuesta baja a las amenazas, son fríos y su agresión es
premeditada.
Para el estudio, se les realizaron IRM funcionales a 32 agresores,
quienes habían sido arrestado por crímenes tales como violación,
lesiones corporales graves y asesinato y a un grupo de control de 18
adultos sanos no infractores para comparar resultados. Dentro de la máquina de IRM, los científicos pidieron a los
participantes jugar un juego en donde debían emparejar cartas, alguna
vez recibían puntos por sus pares, pero otras veces el juego cambiaba y
al emparejar las cartas perdían puntos. En general, descubrieron que los agresores violentos, sin importar si
eran psicópatas o no, resultaron peores al aprender las señales de
castigo, tomando malas decisiones.
Pero al ver los resultados en los cerebros de los psicópatas,
descubrieron que estaba sucediendo algo extraño. Cuando el juego dejaba
de premiarlos y comenzaba a castigarlos, la vía neural que normalmente
esta relacionada con aprender de un castigo mostraba anomalías. Por otro
lado, los criminales agresivos no psicopáticos, mostraron un
funcionamiento similar en la región cerebral que el grupo de control. Los resultados, publicados en el diario Lancet Psychiatry,
sugieren que los delincuentes violentos con tendencias psicopáticas se
caracterizan por una organización distintiva del circuitos cerebral
utilizado para aprender de los castigos. Saber esta información podría
ayudar a identificar a psicópatas violentos potenciales dese una edad
temprana, y ayudar al desarrollo de estrategias de intervención
eficaces.