Este método se usó en muchas regiones durante varios siglos: lo usaron los romanos, los cartagineses, los macedonios, ciertos imperios africanos, los egipcios, y sobre todo se lo empleó en las extensas regiones del sur y el sudeste asiático, sobre todo en la India, por aproximadamente 4000 años.
En cuanto a los elefantes empleados para ejecutar, al menos en India estos solían entrenarse para tal fin, y casi siempre los conducía alguien, de modo que siempre era posible dispensar perdón —en la cultura hindú el perdón era visto positivamente, y en contextos como éste se asociaba a una cierta superioridad por parte de su dispensador— si el condenado mostraba arrepentimiento. Generalmente los elefantes jugueteaban con el condenado antes de matarlo aplastándole la cabeza o el vientre, por lo que el proceso resultaba tremendamente angustioso para el condenado. Por último, y para que tengáis una impresión viva del método, citamos un relato (recopilado en Las Anécdotas de Percy) sobre una ejecución llevada a cabo en Vadodara durante 1814: ‹‹El hombre era un esclavo, y dos días antes había asesinado a su dueño, hermano de un jefe nativo llamado Amir Sahib. Alrededor de las once fue traído el elefante, con sólo el conductor en su espalda, rodeado de nativos con bambúes en las manos. El criminal fue colocado tres yardas detrás, en el suelo, sus piernas atadas por tres cuerdas, que a su vez estaban atadas a un anillo en la pata trasera derecha del animal. A cada paso que daba el animal le arrastraba hacia delante, y cada ocho o diez pasos le dislocaba algún miembro, que cuando el elefante había avanzado unas quinientas yardas estaban ya todos sueltos y rotos. El hombre, aunque cubierto de lodo, mostraba todos los signos de vida, y parecía estar pasando por el peor de los tormentos. Tras haber sido torturado de esta forma alrededor de una hora, se le llevó fuera de la ciudad, en donde el elefante, que está entrenado para este propósito, avanzó marcha atrás y puso su pata encima de la cabeza del criminal.››
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