Cuando él o ella desaparece sin decir adiós...
Cuando todo parecía estar fluyendo
en la naciente relación, se hizo el silencio. Al principio te invadió la
preocupación, luego el desconcierto y más tarde sobrevinieron el enojo y
la tristeza. ¿Qué hacer cuando alguien desaparece de un vínculo sentimental sin dar, al menos, una explicación?
Claro que no es lo mismo que se esfume de manera repentina tu pareja de
larga data que de un hombre o una mujer con quien estás en una relación
incipiente. Si tu esposo o mujer se van un buen día a lo Shirley
Valentine, es para preocuparse y evaluar si estabas durmiendo con el
enemigo. Distinto es lo que ocurre con alguien nuevo.
Lamentablemente, cantidades de personas –más de las que creerías- se
esfuman en el éter sin mediar explicación alguna. ¿Está bien esto?
Rotundamente no. Todos tenemos sentimientos e ilusiones y dejar a otro
en ascuas no habla bien de quien lo hace.
En tiempos en los que el grueso de nuestra comunicación se establece vía
chat, WhatsApp y otros medios virtuales, muchas personas se hacen humo
con el auxilio de la tecnología, que les evita el mal trago de poner la
cara: un mensajito diciendo que se está muy complicado/ a nivel laboral,
una excusa familiar, o, en el mejor de los casos, alguna mentira
piadosa. Lo que resulta absolutamente frustrante es el silencio
absoluto, que puede hacerte caer en la trampa de pensar que has hecho
algo mal. Lo más importante es que tengas en cuentas es que NO ERES TÚ.
Es él o ella.
Es bueno tengas en cuenta:
1. No tiene que ver con lo que hiciste (o dejaste de hacer): que alguien
desaparezca de tu vida no necesariamente responde a tu accionar, sino
que puede tener que ver con cuestiones que hacen a la propia vida o
psicología del otro. Quítate cualquier tipo de culpa; quien está
actuando horriblemente no eres tú.
2. No hay un problema contigo: seguramente haya muchas áreas en las que
puedas evolucionar o cosas que tengas que modificar, pero ninguna de
ellas sea el origen del alejamiento de otro. Quien te quiera, te querrá
con tus peculiares características y con tus imperfecciones.
3. Acepta tu enojo y suelta lo ocurrido: algún día te reirás de este
amor fugitivo. No era, claramente, la persona indicada para ti. Él o
ella se lo pierden; estate seguro que alguien valorará la hermosa
persona que eres.
4. Puedes aprender de lo ocurrido: es probable que en tu tristeza y
enojo hoy no veas nada que rescatar en el hecho de que tus ilusiones,
una vez más, estén hechas trizas. Seguramente el tiempo te brinde las
respuestas: ese ser no era el indicado, te entusiasmaste demasiado –y
demasiado pronto - y no pudiste ver algunas señales. El enamoramiento es
así. No te enojes contigo mismo.
5. No generalices: que este vínculo haya terminado sin un cierre
coherente no te debe hacer pensar que todas las relaciones son iguales
y, mucho menos, que toda la gente actúa de una manera tan
desconsiderada.
Recuerda que eres valioso: rodéate de personas que sepan ver – y te recuerden a cada instante - el bello ser que eres.
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