Es un método de tortura cuyo origen se remonta a los tiempos de la antigua China. Consistía en colocar una jaula, abierta por debajo, en el abdomen del condenado (el cual permanecía tumbado boca arriba y completamente inmovilizado). Seguidamente, los verdugos colocaban brasas en la parte superior de la jaula y agitaban palos ardiendo para asustar al roedor. De esta manera, la rata, presa del pánico, se veía obligada a mordisquear el abdomen del reo hasta abrir un túnel por el que escapar. Se cuenta que, en determinadas ocasiones, la rata llegaba a atravesar el cuerpo del reo por completo.
Cortesía de Arelitha Tello
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