La
historia, detrás de estos videos, es más o menos la siguiente: a principios de
la década de 1920, un científico ruso llamado Sergei
Brukhonenko habría sido capaz
de cortar la cabeza de un perro, y mantenerla viva. En
esa época ya existían evidencias de que una cabeza seccionada mantenía “cierta
actividad” relacionada con la vida durante unos cuantos segundos después de ser
cortada. Brukhonenko se dedicó a extender
este tiempo.
El
video siguiente muestra la forma en que, aparentemente, lo logró. Básicamente,
una maquina se encarga de hacer circular sangre fresca por la cabeza
seccionada, al tiempo que retira la sangre sin oxígeno. Puede verse como la cabeza reacciona a
diferentes estímulos, incluso abriendo los ojos y la boca. Según la historia, Brukhonenko presentó sus experimentos en una
conferencia internacional sobre fisiología en 1928.
Un procedimiento digno de una historia de
terror cobra vida.
El Dr.
Sergio Canavero cree que la tecnología de hoy puede permitir a cirujanos llevar
a cabo un procedimiento del ayer: el transplante de cabeza de Frankenstein.
Hasta el
momento, no ha sido posible unir correctamente la médula espinal con el nuevo
cuerpo, dejando a los animales de prueba sujetos al experimento completamente
paralizados. Sin embargo, nuevos avances podrían hacer esto posible.
The
Telegraph explica que ya en 1970, el doctor Robert White logró un transplante
de cabeza exitoso en un mono rhesus. Ahora, el Dr. Canavero cree que con un
equipo de cien personas y 8.5 millones de libras, la operación podría llevarse
a cabo exitosamente en 36 horas.
Ambas
cabezas deberían removerse al mismo tiempo y ser reconectadas en un plazo menor
a una hora.
Esto no
es ciencia ficción. El procedimiento beneficiaría a pacientes con condiciones
médicas hasta ahora incurables. La única razón por la que no he indagado en el
tema es por falta de recursos”, explicó Canavero a The Telegraph.
Sin
embargo, no todos son tan optimistas como Canavero. El doctor ha recibido
numerosas críticas de la comunidad científica.
Conectar
una cabeza y un cuerpo no tiene sentido. Los seres humanos de la actualidad no
necesitan ese procedimiento. El concepto en sí es bizarro", criticó el
profesor Anthony Warrens, de la Sociedad Británica de Transplantes.
CORTESIA DE CAESAR
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