Desde que Mary Shelley hizo popular la imagen del científico loco con su novela de Frankenstein, las historias de experimentos que atentan contra la humanidad han atraído la atención del público. Pero justo esta obsesión por el Apocalipsis ha llevado a las personas a creer que algunas investigaciones sí ponen en riesgo a la humanidad:
¿Hoyos negros en la Tierra?
Cuando los físicos encendieron el Gran Colisionador de Hadrones muchos se quedaron sin respirar, por años los rumores de que una partícula podía crear un mini hoyo negro que se tragara a la Tierra corrieron de boca en boca. Incluso un grupo en 2008 exigió formalmente que se apagara el colisionador. A pesar de los dichos, en la realidad el LHC está muy lejos de provocar una hecatombe mundial. De hecho, la cantidad de rayos cósmicos que bombardean nuestro planeta sí forman mini hoyos negros que conviven con nosotros sin alterar gran cosa.
Perros zombi
En 1940 científicos rusos hicieron un video de cabezas cercenadas de perro que se mantuvieron vivas varias horas, que incluso movían sus orejas en respuesta a sonidos e incluso movían su hocico. Los científicos aseguraron que pudieron mantenerlos vivos con un sistema sanguíneo artificial. Pero esa fue solo la primer ocasión en que crearon perros zombi. En 2005, científicos estadounidenses mataron rápidamente a unos canes al lavar toda su sangre y sustituirla con oxígeno, azúcar y agua salina. Tres horas después les hicieron una transfusión y choques eléctricos y los perros resucitaron, aunque muchos se quedaron con daño permanente. El estudio publicado en el Libro Anual de Cuidado Intensivo y Medicina de Emergencia sugirió que el tratamiento podía revivir a personas que habían sufrido severas hemorragias tan pronto como los médicos pudieran reparar sus heridas.
Control mental
En la década de los 50, la CIA lanzó un programa secreto llamado MKULTRA para investigar como las drogas y otras técnicas ayudarían al control mental, por 20 años, la agencia utilizó alucinógenos, privación del sueño y choques eléctricos en un intento de perfeccionar el lavado de cerebro. Los científicos de la CIA hicieron más de 149 proyectos de investigación como parte de MKULTRA; en ellos probaron los efectos del LSD en situaciones sociales al distribuir la droga en bares de Nueva York y San Francisco, en otros se la ofrecieron a adictos de heroína prometiendo después una dosis de ella. Después del escándalo de Watergate en 1973, el director de la CIA, Richard Helms, ordenó destruir los documentos del proyecto, pero algunos escaparon y en 1977, gracias al Acta de Libertad de la Información publicó más de 20 mil páginas del programa ideado por John Marks.
Enfermeras letales
Mientras los agentes de la CIA buscaban como controlar a las personas, en 1963 el psicólogo social Stanley Milgram de la Universidad de Yale les enseñaba a sus alumnos cómo propinar una descarga eléctrica mortal a extraños o a quienes quisieran dominarlos. Como una aplicación de la enseñanza el psiquiatra Charles Hofling se dedicó a investigar como la obediencia influía las decisiones de las personas sin que supieran que eran parte de un experimento. En su artículo “Un estudio experimental de la relación médico-enfermera” de 1966, Hofling describió su proyecto: Un médico desconocido llamó a enfermeras reales durante la noche a un hospital y les pidió administrar la dosis máxima de una droga a un paciente, sin saberlo la medicina sólo era una pastilla de azúcar y el médico no era tal. Sin embargo los resultados fueron apabullantes. De las 22 enfermeras, 21 hicieron lo que el médico les pidió, aunque sabían del riesgo mortal que implicaba. La intención era mostrar como el aura de autoridad podía cerrar los juicios éticos de las personas.
Bombas murciélago
En la Segunda Guerra Mundial, cuerpos de marinos de Estados Unidos entrenaron murciélagos como bombas kamikaze contra los japoneses. Lyte Adams, un dentista de Pennsylvania, propuso la idea a la Casa Blanca en 1942, después de visitar las cuevas de Carlsbad en Nuevo México y se le ocurrió aprovechar la ecolocación, o localización por sonido de los animales, para encontrar refugios en graneros y áticos. Según el plan volarían a Japón, anidarían en los rincones de los edificios, en su mayoría de madera en las ciudades japonesas y les prenderían fuego. Los marines capturaron miles de murciélagos mexicanos y desarrollaron artefactos explosivos para atarlos a sus espaldas, pero el proyecto se desechó en 1943, probablemente porque el gobierno de EU ya tenía progresos en la bomba atómica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario