jueves, 3 de abril de 2014

Caga feliz, caga contento...

Por comodidad, sensación de modernidad y además por las imposiciones de la industria, estamos acostumbrados a defecar sentados sobre una "taza de baño" de porcelana, sin embargo esto en realidad tiene efectos negativos en nuestra salud digestiva.
La postura juega un papel muy importante al arrojar lo que nuestro sistema digestivo ha rechazado como "sobrantes", algo que no debe permanecer en nuestro interior por razones de salud. 
Cuando nos sentamos en el escusado para "hacer popó", el musculo puborrectal que controla la salida de materia fecal por el ano, no se relaja adecuadamente y por lo tanto no deja salir todos los desechos de nuestro cuerpo. 
La posición adecuada para desecharlo todo es defecar en cuclillas, como se ha hecho desde hace miles de años. Esta postura hace que el musculo puborrectal permita el paso de la materia fecal libremente y nos deshagamos de al menos 9 kilos de escremento que de otra forma se quedaría en nuestro cuerpo.  
Es por eso que una compañía desarrolló un dispositivo para adecuar nuestros modernos escusados y que podamos defecar a la "antigüita", se llama "Squatty Potty", es un banco de plástico especialmente diseñado para rodear la base de los escusados. 
Cuando una persona necesita defecar, sólo tiene que sentarse como siempre en su "taza de baño", pero ahora deberá subir sus pies en el banco para crear la postura ideal. 
El método sigue siendo cómodo, parece algo moderno y sobre todo, ahora si es totalmente saludable, pues desecha todo "lo que nos sobra"
Y es que algunos testimonios al respecto son aterradores. Se dice que John Wayne tenía unos 20 kilos de materia fecal en su cuerpo al momento de su muerte, Elvys Presley tenía unos 23 kilos de popó en el cuerpo que no desechó en vida.
Robert Edwards de Utah, Estados Unidos, el creador de este genial artefacto, advierte que al utilizar este banquito y defecar en cuclillas, las personas lograrán sentirse más libres, sanos y felices. Advierte que esta postura al cagar puede ayudar a prevenir problemas como el estreñimiento, hemorroides, cáncer de colon, apendicitis, hernias, diverticulitis, entre otros
El banco para cagar correctamente cuesta 25 dólares en su versión plástica y unos 75 en su versión fabricada a base de bambú. Otra alternativa más barata es ir al bosque y hacer popó en cuclillas, o apoyar los pies en la "boca" del escusado y sacarlo todo. 


                                                          Cortesía de Apostol Superfino

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