MÉXICO, D.F. (apro).- En punto de las ocho de la mañana, vecinos del pueblo de San Bartolo Ameyalco se sorprendieron de la intempestiva presencia policiaca en un centro comercial cercano. No pasó mucho tiempo sin saber el motivo del contingente azul.
Según testimonios de los vecinos, los más de mil 500 uniformados iban con la orden de resguardar a los trabajadores y la maquinaria del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) que, por segunda ocasión, pretendían terminar la instalación de infraestructura hidráulica en la calle Camino al Viejo Mixcoac, como parte de la ampliación del Sistema Cutzamala.
Decididos a defender su territorio y sobre todo el manantial que se encuentra en el poblado, en la parte alta de la delegación Álvaro Obregón, los habitantes se organizaron y formaron barricadas a las que prendieron fuego.
Las autoridades justificaron que la obra era en beneficio de 20 mil personas que desde hace 20 años no tienen servicio de agua potable y se tienen que abastecer de pipas públicas y privadas. Señalaron a líderes “piperos” de encabezar el rechazo a la obra.
Sin embargo, los vecinos acusaron que la instalación de la tubería es para desviar el suministro del líquido hacia el complejo comercial de Santa Fe, donde aseguraron que el jefe delegacional, Leonel Luna, tiene intereses económicos. Dijeron que pretenden beneficiar una cisterna recién construida en la avenida Centenario y Axiomiatla, en Las Águilas.
Añadieron que también se contaminaría el manantial que por años han cuidado como parte de patrimonio del pueblo y de donde se abastecen del líquido.
Los accesos al pueblo fueron cerrados por la policía. Madres de familia corrieron para sacar a sus hijos de la escuela. Los establecimientos mercantiles bajaron sus cortinas. Algunos habitantes reportaron el corte de energía eléctrica.
La violencia comenzó cuando de uno y otro lado se arrojaron piedras, palos, botellas, tabiques y tubos. Los proyectiles caían hasta de las azoteas. Hubo quienes hablaron de bombas molotov.
Los policías traían sus escudos y cascos, mientras que algunos de los vecinos traían el rostro cubierto, según fotografías y videos difundidas durante los disturbios. Patrullas y autos particulares fueron dañados.
En la trifulca fueron detenidas varias personas, pero también seis policías. Reportes hablaron de que algunos civiles fueron llevados al Ministerio Público de Tizapan, mientras que los uniformados fueron encerrados en el centro de salud del pueblo.
Dos helicópteros “Cóndor” sobrevolaron la zona, uno de sus tripulantes era el jefe de la Policía, Jesús Rodríguez Almeida, quien supervisó el operativo desde las alturas.
Al momento de la agresión, el jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, estaba en un acto oficial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y más tarde, en otro en la zona chinampera de Xochimilco.
Al paso de las horas, los ánimos se calmaron momentáneamente, pero la tensión continuó. Los pobladores pedían el regreso de la gente detenida a cambio de la devolución de los policías.
Hacia las 16:00 horas, sucedió el segundo enfrentamiento en la plaza del pueblo. Un comando de alrededor de cien policías entró al centro de salud a rescatar a sus compañeros.
En entrevista con noticieros de radio, Rodríguez Almeida informó que 15 policías resultaron lesionados, dos de ellos de gravedad.
La SSP-DF informó en un comunicado que hubo cinco personas detenidas, 101 lesionadas –20 de ellas de gravedad–, quienes fueron trasladadas a diferentes hospitales.
Delegación pidió granaderos
La presencia de los uniformados fue solicitada por el jefe delegacional, Leonel Luna, y autorizada por el secretario de Gobierno, Héctor Serrano, según un comunicado del gobierno capitalino, emitido hacia las 12:30 horas de este miércoles.
El delegado señaló a la asociación Ameyalli que encabezan Silvia Soumaya y Luis Velásquez, como los opositores a la obra. En el mismo documento, aseguró que según el proyecto “no se mezclan las aguas del manantial ahí existente, con las de la red y se beneficiará a zonas que desde hace más de 20 años no cuentan con el suministro del vital líquido”.
Argumentó que el proyecto fue entregado a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, la Asamblea Legislativa capitalina y el Instituto de Acceso a la Información Pública del DF y a los mismos vecinos, con quienes se tuvo más de diez reuniones informativas y le entregaron el proyecto ante notario público.
Hasta el cierre de esta edición, los granaderos continuaban resguardando la obra, mientras que adentro los trabajos continuaban a marchas forzadas.
Proceso
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