¿Duermes pegadito a tu pareja? ¿Abrazas a tu pareja
al dormir? ¿Duerme cada quien por su lado? Según un estudio, publicado
en el Festival Internacional de Ciencia de Edimburgo, la postura en la
cama está altamente relacionada con la fortaleza de las parejas.
El estudio revela que la distancia entre los
cónyuges es la clave: Si duermen separados por menos de 2,5 centímetros,
la pareja tiene todas las posibilidades de ser feliz que aquellos que
duermen separados por más de 75 centímetros.
Tras estudiar los hábitos en la cama de 1.100 personas, los investigadores van más allá al afirmar que los que tienen contacto físico durante la noche serán mucho más felices que los que no se tocan mientras duermen.
El estudio descubrió que el 42 por ciento de las parejas duermen dándose la espalda, el 31 por ciento mirando en la misma dirección y solo el 4 por ciento mirándose entre ellos. Igualmente, comprobaron que alrededor del 34 por ciento duermen tocándose mientras que el 12 por ciento lo hacen a menos de 2,5 centímetros de distancia y el 2 por ciento por más de 76.
Las parejas que se quedan dormidas tocándose tienden a ser más felices si están cara a cara.
Según el director del estudio, el psicólogo y profesor de la Universidad de Hertfordshire, Richard Wiseman, el 94 por ciento de las parejas que se tocan por la noche estaban contentas con su relación en comparación con el 68 por ciento de las parejas que no se tocaban y que eran felices.
Según los trabajos iniciales del doctor Dunkell, las personas que se acurrucan en posición fetal tienen más posibilidades de convertirse en personas indecisas, sensibles a las críticas y padecer ansiedad. Dormir con las piernas dobladas hacia arriba son conciliadores, proclives al compromiso y poco amigos de radicalismos.
La gente que duerme sobre su espalda tienden a ser seguros de sí mismos y abiertos y aquellos que lo hacen boca abajo muestran tendencias al perfeccionismo y la rigurosidad.
Tras estudiar los hábitos en la cama de 1.100 personas, los investigadores van más allá al afirmar que los que tienen contacto físico durante la noche serán mucho más felices que los que no se tocan mientras duermen.
El estudio descubrió que el 42 por ciento de las parejas duermen dándose la espalda, el 31 por ciento mirando en la misma dirección y solo el 4 por ciento mirándose entre ellos. Igualmente, comprobaron que alrededor del 34 por ciento duermen tocándose mientras que el 12 por ciento lo hacen a menos de 2,5 centímetros de distancia y el 2 por ciento por más de 76.
Las parejas que se quedan dormidas tocándose tienden a ser más felices si están cara a cara.
Según el director del estudio, el psicólogo y profesor de la Universidad de Hertfordshire, Richard Wiseman, el 94 por ciento de las parejas que se tocan por la noche estaban contentas con su relación en comparación con el 68 por ciento de las parejas que no se tocaban y que eran felices.
Según los trabajos iniciales del doctor Dunkell, las personas que se acurrucan en posición fetal tienen más posibilidades de convertirse en personas indecisas, sensibles a las críticas y padecer ansiedad. Dormir con las piernas dobladas hacia arriba son conciliadores, proclives al compromiso y poco amigos de radicalismos.
La gente que duerme sobre su espalda tienden a ser seguros de sí mismos y abiertos y aquellos que lo hacen boca abajo muestran tendencias al perfeccionismo y la rigurosidad.
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