Los pedos y eructos de 90 vacas han hecho saltar por los aires el establo de una granja en la localidad de Rasdorf (Alemania), según informan distintas agencias de noticias.
Al parecer, el gas metano (CH4) liberado por las 90 reses ha sido clave para que sucediese esta explosión.
El detonante de las flatulencias fue una carga eléctrica estática, según informó la Policía en un comunicado.
Las mismas agencias informan de que una de las vacas tuvo que ser atendida por quemaduras tras el suceso.
ALTAMENTE CONTAMINANTES
Cada año, las bacterias que viven en el aparato digestivo de vacas, cabras y ovejas producen unas 900.000 millones de toneladas de metano, un gas contaminante más potente que el CO2 y con gran capacidad para absorber el calor del sol y aumentar así la temperatura del planeta.
La función de esas bacterias es ayudar al animal a descomponer los alimentos (el forraje o la paja tienen un alto contenido en fibra y son de difícil digestión), en un proceso en el que se produce metano como resultado de diversas reacciones químicas.
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