La pareidolia es un fenómeno psicológico que consiste en que podamos percibir un rostro o una figura humana o animal en lugares de lo más insospechados: la forma de estar colocadas las ventanas/puertas en un edificio, la parte posterior de un
despertador, una nube, en una tostada, una grifería, etc.
Hay toda una legión de seguidores que fotografían y recopilan todo tipo de objetos y cosas que se les representa como una figura o cara.
Pero así como hay coleccionistas simplemente atraídos por el mero hecho de la curiosidad, también podemos encontrarnos con otros tipos de seguidores de la pareidolia:
- Los religiosos: aquellos que ven imágenes religiosas, el rostro de Cristo, la Virgen María o incluso el demonio en cualquier parte: una pared, una tostada, la suela de un zapato.
- Los amigos de las teorías de la conspiración: los que intentan encontrar una respuesta (la mayoría de veces ilógica) a fenómenos sobrenaturales, paranormales o relacionados con turbios asuntos políticos o militares.
- Vigilantes de la moral, que se dedican a buscar dibujos de carácter sexual subliminalmente camuflados en las películas de la factoría Disney.
El fenómeno de la pareidolia está continuamente siendo estudiado por psicólogos y expertos que tratan de averiguar el porqué nuestro cerebro detecta esos objetos, rostros o figuras donde tan solo hay una sombra, una mancha de grasa o una nube y donde en realidad no hay nada.
Es curioso comprobar cómo muchas personas que no son capaces de distinguirlo a simple vista, si se les estimula indicándoles cómo y dónde se encuentra la figura, pueden llegar a sugestionarse y ver algo que realmente no está o no ven.
Cabe destacar a las personas que han asegurado que el rostro de Jesucristo se les ha aparecido en una tostada mientras estaban desayunando o los que dicen distinguir la silueta del diablo entre
el humo que salía durante los atentados del 11S al World Trade Center.
Otro caso de pareidolia que se hizo famoso es el de la "Cara de Marte". Una foto tomada por la sonda espacial Viking en 1976 en la que se mostraba la superficie de Marte y que muchas personas distinguieron como un rostro que bien podría haber estado hecho por una civilización inteligente.
Tampoco podemos olvidar a aquellos que se dedican a buscar mensajes subliminales a través de la pareidolia en los dibujos
animados de Disney. Según éstos, detrás de múltiples dibujos de la factoría Disney se encuentra todo un catálogo de objetos fálicos y de contenido sexual.
Pero, religiosos y amigos de las teorías de la conspiración aparte, hemos de prestar atención a aquellos que por puro placer y diversión se dedican a fotografiar todo cuanto les recuerda una cara.
Podemos ver divertidas formas que nos recuerdan a una cara en grifos, edificios, partes frontales de automóviles, etc.
También cabe destacar que cada vez son más los diseñadores, arquitectos y/o creativos que diseñan sus obras pensando en una doble lectura por parte del cerebro de muchas personas y que tras una simple y sencilla apariencia, sus objetos, ropas o edificios esconden curiosos rostros.
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