¿Por qué huelen mal? Y lo que indican sobre tu salud.
Benjamín Franklin escribió alguna vez “tírate gases con orgullo”. Y, mientras la mayoría de los hombres no tenemos problema con orgullosamente dejarlos salir, probablemente nunca te has preguntado lo que tus flatulencias dicen sobre tu salud. ¿Lo haces muy seguido? ¿Por qué los que se tira tu amigo huelen peor que los tuyos? Y ¿cuándo está bien aguantarse y cuándo es mejor liberar la presión? Estamos aquí para ayudarte con los datos fríos y duros sobre lo que es normal, lo que puede ser una señal de alerta y cómo saber cuando se aproxima uno especialmente oloroso.
Benjamín Franklin escribió alguna vez “tírate gases con orgullo”. Y, mientras la mayoría de los hombres no tenemos problema con orgullosamente dejarlos salir, probablemente nunca te has preguntado lo que tus flatulencias dicen sobre tu salud. ¿Lo haces muy seguido? ¿Por qué los que se tira tu amigo huelen peor que los tuyos? Y ¿cuándo está bien aguantarse y cuándo es mejor liberar la presión? Estamos aquí para ayudarte con los datos fríos y duros sobre lo que es normal, lo que puede ser una señal de alerta y cómo saber cuando se aproxima uno especialmente oloroso.
ELLA LO HACE TAN SEGUIDO COMO TÚ
“Una persona promedio expulsa gases 20 veces al día”, comenta Matthew Bechtold, director de endoscopía en la Universidad de Missouri. Las flatulencias se deben a la acumulación de aire en el estómago e intestinos y todos tenemos gases en el tracto gastrointestinal. Y nos referimos a todos. Exactamente: tus amigos, tu jefe, la lindísima instructora de yoga en el gimnasio, todos pasan aire igual que tú. ¿No crees que tu cuenta de flatulencias esté dentro de lo normal? “La gente que piensa que lo hace en exceso, en la mayoría de los casos lo hace tanto como los demás, solo están más consientes de ello”.
DEMASIADAS FLATULENCIAS PUEDEN SER UNA SEÑAL DE ALERGIA
La gente que es intolerante a la lactosa, aunque sea levemente, sueltan gases cuando comen productos lácteos. Las flatulencias son en parte causadas porque tu cuerpo no es capaz de digerir ciertos nutrientes y hay gente que no digiere adecuadamente la lactosa, explica el doctor Bechtold. Incluso si comes lácteos sin sentirte mal, si estás más gaseoso después de comer yogurt, leche o queso, puede que seas ligeramente sensible.
SEÑALES SERIAS DE ALARMA: si tus gases vienen acompañados de diarrea, pérdida de peso, dolor abdominal, sangrado o vómito, habla con tu doctor. Estos son síntomas de enfermedades como: sobrecrecimiento bacteriano intestinal, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad celiaca.
NO DEBERÍAS AGUANTARTE
Si te la has pasado todo el día en junta, no te resistas a liberar uno: el gas es aire atrapado en tu cuerpo, así que eventualmente tendrá que salir, señala el doctor Bechtold. Y aunque el olor no es como de leche echada a perder (más apestoso conforme pasa el tiempo), aguantarse uno ahora, puede provocar que sueltes tres a la vez más tarde. (Eso incluye no solo el poder de los tres, sino el olor también). Aunado a todo esto, tratar de retener una flatulencia puede provocar inflamación e incomodidad en tu estómago. Así que hazte un favor y en cuanto lo sientas, déjalo ir. Será un momento incómodo, pero no se compararía con obligar a los asistentes de la junta a tomar un receso por culpa de un gas añejado más de tres horas.
“Una persona promedio expulsa gases 20 veces al día”, comenta Matthew Bechtold, director de endoscopía en la Universidad de Missouri. Las flatulencias se deben a la acumulación de aire en el estómago e intestinos y todos tenemos gases en el tracto gastrointestinal. Y nos referimos a todos. Exactamente: tus amigos, tu jefe, la lindísima instructora de yoga en el gimnasio, todos pasan aire igual que tú. ¿No crees que tu cuenta de flatulencias esté dentro de lo normal? “La gente que piensa que lo hace en exceso, en la mayoría de los casos lo hace tanto como los demás, solo están más consientes de ello”.
DEMASIADAS FLATULENCIAS PUEDEN SER UNA SEÑAL DE ALERGIA
La gente que es intolerante a la lactosa, aunque sea levemente, sueltan gases cuando comen productos lácteos. Las flatulencias son en parte causadas porque tu cuerpo no es capaz de digerir ciertos nutrientes y hay gente que no digiere adecuadamente la lactosa, explica el doctor Bechtold. Incluso si comes lácteos sin sentirte mal, si estás más gaseoso después de comer yogurt, leche o queso, puede que seas ligeramente sensible.
SEÑALES SERIAS DE ALARMA: si tus gases vienen acompañados de diarrea, pérdida de peso, dolor abdominal, sangrado o vómito, habla con tu doctor. Estos son síntomas de enfermedades como: sobrecrecimiento bacteriano intestinal, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad celiaca.
NO DEBERÍAS AGUANTARTE
Si te la has pasado todo el día en junta, no te resistas a liberar uno: el gas es aire atrapado en tu cuerpo, así que eventualmente tendrá que salir, señala el doctor Bechtold. Y aunque el olor no es como de leche echada a perder (más apestoso conforme pasa el tiempo), aguantarse uno ahora, puede provocar que sueltes tres a la vez más tarde. (Eso incluye no solo el poder de los tres, sino el olor también). Aunado a todo esto, tratar de retener una flatulencia puede provocar inflamación e incomodidad en tu estómago. Así que hazte un favor y en cuanto lo sientas, déjalo ir. Será un momento incómodo, pero no se compararía con obligar a los asistentes de la junta a tomar un receso por culpa de un gas añejado más de tres horas.
LOS DE TU AMIGO HUELEN IGUAL A LOS TUYOS
Los gases de las demás personas no huelen peor que los tuyos, es solo que te toman por sorpresa, comenta Bechtold. Tú estás consiente que estás por liberar uno, así que tienes tiempo de prepararte para el olor. Pero, cuando un amigo te fumiga sin avisar, tu falta de preparación hace que lo registres de manera extra apestosa. Por supuesto que el olor también depende de la dieta de cada persona, así como de las bacterias del colon, concluye Bechtold.
Los gases de las demás personas no huelen peor que los tuyos, es solo que te toman por sorpresa, comenta Bechtold. Tú estás consiente que estás por liberar uno, así que tienes tiempo de prepararte para el olor. Pero, cuando un amigo te fumiga sin avisar, tu falta de preparación hace que lo registres de manera extra apestosa. Por supuesto que el olor también depende de la dieta de cada persona, así como de las bacterias del colon, concluye Bechtold.
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