Reyhanli. Ante una multitud de hombres en una calle de la ciudad
siria de Palmira, el juez enmascarado del grupo extremista Estado
Islámico leyó la sentencia contra dos hombres condenados por
homosexualidad: ser arrojados desde el techo del Hotel Wael. El juez
preguntó a uno de los hombres si estaba satisfecho con la sentencia. Le
aseguró que la muerte le ayudaría a librarse de su pecado.
Referiría que me disparara en la cabeza", replicó el homosexual Hawas Mallah, de 32 años.
El otro acusado, Mohamed Salameh, de 21, rogó que le dieran una
oportunidad de arrepentirse y prometió no volver jamás a mantener
relaciones sexuales con otro hombre, según un testigo en esa mañana
soleada de julio que dio a The Associated Press un inusual testimonio de
primera mano.
Otros extremistas enmascarados ataron las manos de las víctimas a las
espaldas y les vendaron los ojos. Después los llevaron al techo del
hotel de cuatro pisos, según el testigo, quien habló en la ciudad turca
de Reyhanli con la condición de ser identificado solamente por su propio
nombre, Said, por temor a represalias.
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