Karla, sobreviviente de tráfico de personas, conmocionó al papa Francisco y al Congreso de EEUU al contar cómo fue violada 43 mil 200 veces. La mujer era obligada a tener sexo 30 veces al día durante 4 años de su vida.
Cuando tenía 12, Karla Jacinto cayó en las garras de un traficante que la atrajo usando palabras bonitas, algo que para la menor resultó encantador puesto que desde que nació fue rechazada por su madre.
"Vengo de una familia disfuncional, fui abusada sexualmente y maltratada desde la edad de 5 años por un pariente".
Un día que estaba en el metro de la Ciudad de México, un pequeño que vendía dulces se le acercó y le dijo que alguien le había enviado un dulce como regalo.
La persona que le envió el caramelo era un hombre de edad avanzada que se identificó como un vendedor de autos usados. El sujeto se portó muy caballeroso y amigable con Karla.
Después de una “amena” plática, intercambiaron números telefónicos y una semana después el sujeto la llamó para invitarla a pasear a Puebla.
El traficante deslumbró a la menor al llegar en un Pontiac Firebird Trans Am color rojo:
"Cuando vi el auto no lo podía creer, estaba muy impresionada por tan grandioso auto. Fue emocionante para mí. Él me pidió que me subiera al auto para ir a lugares".
El hombre de 22 años (10 años más grande que Karla), fue enamorándola hasta convencerla de irse a vivir con él:
“Vivimos juntos por 3 meses y durante ese tiempo me trató muy bien. Él me amaba, me compraba ropa, me daba atención, me traía zapatos, flores, chocolates, todo era hermoso".
Pero un día, Karla comenzó a darse cuenta de varias cosas raras; una de ellas es que los primos de su novio llegaban al departamento con chicas nuevas cada semana, así que la menor se armó de valor y le preguntó a su novio a qué tipo de negocio se dedicaban:
“Somos proxenetas. Unos días después me empezó a decir todo lo que tendría que hacer; las posiciones, qué tanto necesitaba cambiar, las cosas que tenía que hacer con los clientes y por cuánto tiempo, cómo tenía que tratarlos y cómo tenía que hablarles para que me dieran más dinero".
Y así fue como Karla se convirtió en una víctima de la trata de personas. Los proxenetas grabaron videos de las chicas en posiciones comprometedoras y así las amenazaban diciéndoles que si querían escapar, enseñarían el material a sus familias.
En 2006 terminó el infierno de Karla cuando finalmente fue rescatada durante una operación contra el tráfico de personas en la Ciudad de México.
El testimonio de Karla frente al papa Francisco y congresistas estadounidenses pretende modificar la H.R. 515 o Ley Morgan que obliga a las autoridades a compartir información relacionada a ciudadanos de EEUU que son traficantes de menores, cuando es su intención viajar a otros países.
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