Un joven británico estuvo
a punto de matarse por no conseguir hacer la mejor selfie, pasó años
intentándolo y recibiendo los peores comentarios en redes sociales,
diagnóstico: "adicto a las selfies".
Reino Unido.- Danny Bowman, joven británico de 19 años, pasaba 10 horas del día buscando las mejores ideas para selfies, llegó a pensar en la muerte cuando no conseguía una toma increíble.
Desde que tenía 15 años de edad, Danny empezó a compartir autorretratos en Facebook, conforme su adicción se agudizaba, sus hábitos cambiaban drásticamente, llegó a bajar 10 kilos de peso y a veces pensaba en suicidarse. Aunque al principio recibió muchos
comentarios negativos en redes sociales, Danny no se rindió, quería ser
el "rey de las selfies". No obstante, siempre tomó las críticas muy a
pecho:
"Los niños pueden ser muy crueles. Uno de ellos escribió que mi nariz era demasiado grande para mi cara, otro comenzó a criticar mi piel", escribió en su Facebook alguna vez.
Luego de esos ataques, Danny pensó que haciendo más selfies sus amigos reales y virtuales, terminarían por aceptarlo.
Recientemente la adicción de Danny por las selfies
entró en crisis; asistió a una prueba para convertirse en modelo, al no
ser seleccionado para la siguiente fase, el muchacho empezó a tomarse selfies impulsivamente, a cada momento; al levantarse, comer y hasta cuando iba al baño.
"Sonaba el despertador y podía sacarme
10 fotos antes de ducharme. Luego me hacía otras 10 después de la ducha y
10 más después de arreglarme. Luego pasaba horas mirándolas y
examinando mis facciones, mi piel. Tomaba selfies en la cama, en el baño, todo el día hasta la madrugada", confesó Danny. Las consecuencias de su adicción fueron
tremendas, empezó a encerrarse en casa, dejo de ver a sus amigos y
cuando sus padres intentaron controlarlo fue violento con ellos. Danny cuenta que pasaba horas tomándose selfies y comparando su cara con la de su ídolo, Leonardo DiCaprio, pero lo único que lograba era sentirse "más feo" cada día. Finalmente la frustración provocó que
Danny decidiera terminar con su "patética existencia", tomó una
sobredosis de somníferos y espero; gracias al cielo su madre llegó a
tiempo para llevarlo al médico y salvarlo. Actualmente, Danny acude a terapia y lleva 7 meses sin tomar ni una sola slefie. "Es un problema real, como la drogadicción, el alcoholismo y la adicción al juego", reflexiona y asegura que no le desea a nadie lo que el pasó por adoptar la moda de las selfies.
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