martes, 12 de noviembre de 2013

Relaciones Virtuales vs Relaciones Reales



Mucho se ha satanizado a las nuevas tecnologías argumentando que aíslan a la sociedad y dañan las relaciones interpersonales. A veces esta creencia se lleva al extremo, y si bien los avances tecnológicos pueden modificar de alguna manera la forma en que el humano se conduce consigo mismo y con sus semejantes, tampoco una tecnología como lo es el Internet termina deteriorando las relaciones interpersonales como algunos críticos de estas dicen.

Una dificultad que tienen muchas personas para entender que una relación virtual no puede ser una relación real. Que parte de la confianza se genera a través de la plática en vivo, donde la presencia, el tono de la voz, el lenguaje corporal y la forma de expresarse nos dice mucho sobre la otra persona. En tanto que una relación virtual se limita al intercambio de ideas, afirmaciones y pensamientos, a través de caracteres de código binario, y en el mejor y menos común de los casos, fotografías o videoconferencias que no logran sustituir la interacción personal.

Así sucedió con Gabriela Hernández Sierra, cuyo caso causó conmoción de la red, y lamentablemente en algunos casos, burlas por su suicidio debido a que un joven ecuatoriano con quien tenía una relación virtual limitada a texto y fotografías, la terminó debido a la distancia que los separaba. Es cierto que en este coctel habría que incluir problemas psicológicos que pudiera tener esta adolescente, que decidió terminar su vida a los 22 años con un futuro por delante, y por un joven al cual no conocía bien.

El problema con las relaciones virtuales, es que también es muy fácil mentir y crear un personaje o alter-ego para engañar a otra persona, o en el más honesto y común de los casos, que el individuo oculte sus defectos y altere su esencia por miedo al rechazo, lo que hace que la otra persona se quedará con un concepto equívoco de ésta. Esto no sería gran problema si quien participa en ellas entiende que una relación virtual nunca podrá asemejarse con una relación real y en persona. Pero a 15 años de que este tipo de tecnologías se empezaron a usar, parece que no se ha logrado entender esa diferencia. Y no entenderlo puede acarrear muchos problemas, desde decepciones y depresiones, hasta suicidios.

Las burlas que recibió Gabriela Hernández por su suicidio en las redes, es también el ejemplo de como virtualmente el individuo se puede comportar de una manera totalmente diferente (con desconocidos) a como lo haría en la vida real. Muchas personas, sin mostrar compasión alguna por el caso, se burlaron creando memés, tweets, y comentarios crueles y agresivos.

Pero para evitar estos riesgos, es importante el papel que deben de jugar los padres para evitar que sus hijos puedan salir afectados al no entender esa diferencia entre las relaciones virtuales y las relaciones reales, y que les enseñen a usar las redes sociales como un complemento de sus relaciones personales, y no como una forma de evadir a la gente de carne y hueso, o como una forma de obtener lo que en el mundo real no se puede obtener.


Y hablando de relaciones virtuales JUJUJU

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