lunes, 9 de septiembre de 2013

Depresión postparto afecta a una de cada diez mujeres

México.- La depresión post parto (DPP) es una forma de depresión que la madre experimenta después del nacimiento. Es una combinación compleja de cambios físicos, emocionales y conductuales.
La sicóloga y terapeuta Magdalena Urbina explica que tener un bebé puede producir euforia, así como también agotamiento. Esto produce una baja en los niveles de estrógenos y sueño interrumpido, los cuales propician la primera etapa de la depresión: la tristeza.

Durante esta etapa, la mujer llorará frecuentemente y por largos periodos de tiempo. Se mostrará sensible, melancólica, irritable y desinteresada de las cuestiones maternas.

Si no es atendida en ese momento, pasará al siguiente nivel, al cual se le denomina depresión postparto. Ésta es una afección que produce sentimientos de inadecuación, pérdida de concentración, ansiedad, pensamientos suicidas, culpabilidad, ataques de pánico, dolores de cabeza y pecho e hiperventilación. La psicóloga advierte que es imprescindible que, si la madre experimenta alguno de estos síntomas, busque ayuda profesional, ya que el retraso del tratamiento puede desencadenar en una psicosis postparto.

La psicosis postparto es un acontecimiento relativamente raro; según la literatura se da una vez por cada mil nacimientos. Los síntomas van desde la pérdida del apetito, la hiperactividad hasta delirios o alucinaciones.

La mujer que atraviese por la primera etapa de la DPP puede hacer por cuenta propia acciones para aliviar el malestar, como salir de casa, hacer ejercicio moderado o realizar actividades que sean de su gusto.

Magdalena también recomienda la asistencia a grupos con otras madres que hayan padecido DPP, atención psicológica y, siempre y cuando sea recetado por el médico correspondiente, un tratamiento farmacéutico que ayude a equilibrar los niveles hormonales o químicos para aminorar los malestares.

Asegura que lo más importante es reflexionar y no asustarse, por el contrario, darse a sí misma algún tiempo para ajustarse a su nueva vida. 



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Encuentran Un Cementerio de Vampiros En Polonia


El misterio del cementerio de vampiros de Gliwice (Polonia), diecisiete tumbas de hace más de cinco siglos con esqueletos decapitados que llenaron páginas de los medios locales este verano, ha sido aclarado por el mismo arqueólogo que descubrió los enterramientos.

Eran "gente diferente, enfermos, jorobados, demasiado altos o demasiado bajos, por ejemplo; gente inocente usada como chivo expiatorio cuando llegaban amenazas como la peste", explicó esta semana Jacek Pierzak.

Cuando los arqueólogos abrieron una antigua tumba cercana a una carretera en construcción cerca de Gliwice, sureste de Polonia, se encontraron con una escena que parecía sacada de una película de terror: un presunto enterramiento vampiro.

El cementerio vampiro se descubrió en julio y ha resultado ser el enterramiento más grande de este tipo hallado hasta ahora en el mundo: 44 tumbas de las cuales 17 contenían cuerpos decapitados, con la cabeza entre las piernas, en la mano o sobre uno de los hombros, siguiendo el ritual con el que en Europa del este se enterraba a los sospechosos de ser vampiros.

Estos enterramientos confirmaban la práctica de la antigua creencia eslava que indicaba que a los considerados "no muertos" se les debía enterrar de manera especial, para evitar así su retorno al mundo de los vivos.

En el considerado "cementerio maldito" de Gliwice descansan personas marginadas, degenerados, deformes o, simplemente, inocentes culpables sólo de ser diferentes, explicó Jacek Pierzak.

Estas personas fueron víctima de "una emoción humana normal: el miedo a lo desconocido", añadió.