jueves, 11 de septiembre de 2014

El estómago de un hombre destila alcohol por una enfermedad rara

noticias absurdas
El estómago de Matthew Hogg destila alcohol desde hace casi veinte años. ¿Lo más sorprendente de todo? El joven estadounidense no bebe alcohol jamás.
Sufre una curiosa enfermedad rara, conocida como ‘síndrome de autodestilación’: un exceso de levadura en el intestino delgado origina alcohol que es absorbido por la sangre. Esto significa que cada vez que toma azúcar o hidratos de carbono los transforma en alcohol.
Este trastorno hace que Hogg, de 35 años, sufra prácticamente a diario los efectos de una borrachera, con su consecuente resaca.
Matthew Hogg ha explicado en ‘Vice’ que la comida comenzó a sentarle mal siendo adolescente, pero que los efectos fueron empeorando con los años. Especialmente cuando ingería cualquier comida con altos contenidos de hidratos de carbono, “sufría martilleantes jaquecas, náuseas terribles, en ocasiones vomitaba y sufría deshidratación, sudores fríos, temblor en las manos… Era como si la noche anterior hubiera salido, pero sin haber consumido nada de alcohol”, ha asegurado.
La enfermedad que padece, por el momento, no tiene cura. Sólo puede adaptar su dieta, para que sea baja en azúcares.

De gatitos abandonados y mas

Israel, Gaza, ebola y los gatitos abandonados. 
Domingo por la noche, más calor del que un cuerpo sobrio puede soportar, un poco de procastinación en facebook para terminar la semana. Un click aquí, otro allá y las noticias surgen, surgen, surgen, post hablando de ébola, muertos, enfermos, ataques a hospitales, enfermos huyendo, click aquí, click acá, muertos, Israel, muertos, Gaza, los comentarios en todos los post son los mismos, indiferencia convertida en morbo, en juicios de valor, en plegarias superficiales por conflictos y problemas que la gente ni conoce, mucho menos entiende, click aquí y los humanos, disfrazados de avatares se conmueven, se sensibilizan, se indignan y demandan en un post, el cuestionamiento comunitario: “¿qué tipo de ser desalmado abandona gatitos en una caja a mitad de la noche’”…  
Nos hemos habituados a la violencia, a la muerte, a la carencia, a la destrucción entre nosotros, hemos generado INDIFERENCIA, y ésta se ha convertido, en esta selva de asfalto (siempre me rio cuando en un noticiero dicen esa frase mamona), decía, que en esta jungla de concreto la indiferencia se ha convertido en un mecanismo de defensa, pasamos de largo ante lo que le pasa a los humanos, pero nos desgarramos las vestiduras cuando se trata de un animal (en particular por internet). ¿Cómo es que el movimiento a favor de los circos sin animales ha logrado en pocos años lo que no ha podido en décadas las cruzadas por los derechos de los migrantes? ¿Cómo es que el veganismo/vegetarianismo por razones de trato ético a los animales ha permeado tanto en la sociedad y el tema de la violencia doméstica sigue en escalada? ¿Será que estamos perdiendo la visión y estamos viendo el árbol sin percatarnos del bosque? 
No lo sé, y es más un cuestionamiento personal que siquiera una teoría. ¿Cómo es que un comercial de una ONG que busca generar recursos para erradicar el hambre en África tiene que disculparse por emitir un spot en el que compara un niño en situación de hambre con una mascota urbana? ¿Ofensa por la comparativa? Sí, eso fue, sin embargo sigo cuestionándome sobre “qué en particular” fue lo ofensivo, si comparar una mascota con un niño, o un niño con una mascota. ¿Tú qué opinas?






De la pluma de Tíbet Libre



Claudia Mijangos: La Hiena de Queretaro (Segunda Parte)

El primero en ser atacado y el primero en morir fue Alfredo Antonio, el niño más pequeño, quien fue agredido mientras dormía en su cama. Claudia Mijangos se apoyó sobre la cama del niño, lo tomó de la mano izquierda y a nivel de la articulación de la muñeca, le ocasionó la primera herida. El niño, al sentirse herido, realizó un movimiento instintivo de protección, pero su madre siguió cortando; lo hizo con tal frenesí que le amputó por completo la mano izquierda. El niño gritaba de dolor y terror. Su madre le trató de cortar entonces la mano derecha; casi consiguió arrancársela también. Después le propinó una serie de cuchilladas hasta matarlo; ya muerto, siguió hundiendo el cuchillo muchas veces más.

La recámara de Alfredo
Claudia Mijangos cambió de cuchillo; había decidido utilizar uno diferente con cada uno de sus hijos. La segunda en ser atacada fue Claudia María, de once años, quien fue apuñalada seis veces. Herida de muerte y con los pulmones perforados, la niña aún alcanzó a salir del cuarto tratando de protegerse. “¡No mamá, no mamá, no lo hagas!”, gritaba. Los alaridos de dolor y desesperación fueron tan fuertes, que los vecinos se despertaron. Pero decidieron no intervenir. Claudia tomó entonces el tercer cuchillo y apuñaló en el corazón a su hija menor Ana Belén, de nueve años, quien no opuso mucha resistencia.

La recámara de las niñas

Después bajó las escaleras corriendo en busca de la agonizante Claudia María, quien se había desmayado, boca arriba, sobre el piso que dividía la sala del comedor. Volvió a apuñalarla. Luego la arrastró hacia la planta alta y colocó su cuerpo inerte en la recámara principal, junto con sus hermanos. Los apiló sobre la cama King Size como si fueran leños, uno encima del otro, y los cubrió con una colcha de color naranja con adornos blancos. Limpió dos de los cuchillos, tomó el tercero y se hizo cortes en las muñecas y en el pecho, tratando de suicidarse. Verónica Vázquez, amiga de Claudia, llegó por la mañana. Tocó y le abrió Claudia, con la ropa empapada de sangre y la mirada extraviada. Verónica entró a la casa, pues supuso que su amiga había sido atacada. Luego vio los cadáveres. Claudia desvariaba, diciendo que los niños se habían llenado de ketchup. Verónica salió huyendo; el olor de la sangre era insoportable. Llamó a la policía de inmediato. Cuando los agentes llegaron, ingresaron a la fuerza. El interior de la casa parecía el escenario de una película de horror. El piso de la sala y las escaleras que iban hacia la planta alta estaban manchados de sangre, al igual que el pasillo entre la recámara principal, la recámara del pequeño Alfredo, la recámara de las niñas y el baño.

La casa, la noche del crimen
A un lado de los niños estaba el cuerpo de Claudia. Su ropa también estaba manchada de sangre. Tenía los ojos entreabiertos. En la esquina de la recámara, sobre un sillón, había dos cuchillos de cocina, uno de 41 centímetros y el otro de 33 centímetros, ambos con cachas de madera en color café, limpios. Un tercer cuchillo, de 31 centímetros, se halló en la recámara de las hermanas Claudia María y Ana Belén, caído sobre la alfombra y lleno de sangre desde la junta hacia la parte media de la hoja.

El sillón con los cuchillos
Los policías pensaron que la mujer también estaba muerta, pero el comandante Adolfo Durán Aguilar le buscó el pulso en el cuello y descubrió que todavía estaba viva. Llamaron a la Cruz Roja; la trasladaron al Hospital del Seguro Social, situado en la avenida 5 de Febrero esquina con Zaragoza. “Mis niños están dormidos en la casa”, declaró Claudia Mijangos cuando despertó en el hospital, ante las preguntas de la agente del Ministerio Público Investigador, Sara Feregrino Feregrino. “Yo quiero mucho a mis hijos, son niños muy buenos y no son traviesos”. La asesina estaba sedada y amarrada de pies y manos. Se le tomó su primera declaración el 27 de abril de 1989 a las 11:30 horas, tres días después de que masacrara a sus tres hijos.

Los cadáveres
Luego añadió más cosas, responsabilizando del crimen al sacerdote al que supuestamente amaba: “El padre Ramón me hablaba telepáticamente, él influyó para que me divorciara, pero como mi madre era un freno moral para que me uniera a él, el padre Ramón con maleficios mató a mi madre, como me sigue trabajando mentalmente para poseerme y también mi marido quiere regresar conmigo y me trabaja mentalmente, fue tanta la presión que me descontrolé”. Después, cambió su declaración y dijo que no se acordaba de nada, que la había despertado su amiga que tocaba a la puerta de su casa y que después la habían trasladado al hospital. Hablaba de sus hijos como si estuvieran vivos.

El vestido de Claudia Mijangos, empapado en sangre


Cortesía de Bellota

Un niño de 10 años sobrevive después de que una barra de acero le atravesara el cuerpo

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Un niño brasileño de 10 años ha logrado sobrevivir después de caerse de un árbol y que una barra de acero 60 centímetros de longitud le entrara por la axila izquierda y saliera cerca de la oreja derecha.
Los médicos aseguran que es un milagro que el pequeño Weverton Silva no haya muerto. La barra que se le incrustó de un lado a otro del cuerpo y le pasó muy cerca de una arteria y del corazón.
El niño se encontraba sobre una rama de un árbol de guayaba cuando ésta se rompió y el pequeño carioca cayera en una cerca  de la que sobresalía la barra de acero.

I phone 6 pronto


El iPhone 6 y el iPhone 6 Plus de Apple estarán disponibles en México a partir del próximo 19 de septiembre, informó la empresa de telefonía móvil Telcel.
De acuerdo con información de la firma, los nuevos equipos estarán disponibles en los Centros de Atención a Clientes de la telefónica a nivel nacional.
Si bien no dio detalles sobre los precios y el tipo de planes en los que se podrán adquirir los nuevos equipos, este martes, el CIO de Apple, Tim Cook dijo que el iPhone 6 tendrá un precio mínimo de 199 dólares y el iPhone 6 Plus estará disponible desde 299 dólares en Estados Unidos a partir del 19 de septiembre.
Una de las principales diferencias del iPhone 6 con respecto a sus antecesores es el tamaño de la pantalla, al aumentar de cuatro a 4.7 pulgadas, en tanto que el panel frontal se curva ligeramente para adaptarse al nuevo diseño.