jueves, 11 de septiembre de 2014

De gatitos abandonados y mas

Israel, Gaza, ebola y los gatitos abandonados. 
Domingo por la noche, más calor del que un cuerpo sobrio puede soportar, un poco de procastinación en facebook para terminar la semana. Un click aquí, otro allá y las noticias surgen, surgen, surgen, post hablando de ébola, muertos, enfermos, ataques a hospitales, enfermos huyendo, click aquí, click acá, muertos, Israel, muertos, Gaza, los comentarios en todos los post son los mismos, indiferencia convertida en morbo, en juicios de valor, en plegarias superficiales por conflictos y problemas que la gente ni conoce, mucho menos entiende, click aquí y los humanos, disfrazados de avatares se conmueven, se sensibilizan, se indignan y demandan en un post, el cuestionamiento comunitario: “¿qué tipo de ser desalmado abandona gatitos en una caja a mitad de la noche’”…  
Nos hemos habituados a la violencia, a la muerte, a la carencia, a la destrucción entre nosotros, hemos generado INDIFERENCIA, y ésta se ha convertido, en esta selva de asfalto (siempre me rio cuando en un noticiero dicen esa frase mamona), decía, que en esta jungla de concreto la indiferencia se ha convertido en un mecanismo de defensa, pasamos de largo ante lo que le pasa a los humanos, pero nos desgarramos las vestiduras cuando se trata de un animal (en particular por internet). ¿Cómo es que el movimiento a favor de los circos sin animales ha logrado en pocos años lo que no ha podido en décadas las cruzadas por los derechos de los migrantes? ¿Cómo es que el veganismo/vegetarianismo por razones de trato ético a los animales ha permeado tanto en la sociedad y el tema de la violencia doméstica sigue en escalada? ¿Será que estamos perdiendo la visión y estamos viendo el árbol sin percatarnos del bosque? 
No lo sé, y es más un cuestionamiento personal que siquiera una teoría. ¿Cómo es que un comercial de una ONG que busca generar recursos para erradicar el hambre en África tiene que disculparse por emitir un spot en el que compara un niño en situación de hambre con una mascota urbana? ¿Ofensa por la comparativa? Sí, eso fue, sin embargo sigo cuestionándome sobre “qué en particular” fue lo ofensivo, si comparar una mascota con un niño, o un niño con una mascota. ¿Tú qué opinas?






De la pluma de Tíbet Libre



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